Hemos escrito en este blog, y
en otros sitios, varios artículos sobre marxismo, leninismo, comunismo y
socialismo. Y continuamos haciéndolo, ya que al marxismo actual está
completamente disfrazado, como lo prueba la visita al Papa que ha hecho la
comunista Yolanda Díaz Pérez, y el socialista Pedro Sánchez Pérez-Castejón. La
verdad es que estas dos visitas son un tanto extrañas, ya que el denominador
común de todo comunista y socialista es el odio a la religión cristiana, aunque
esto no lo digan. De otras no se atreven a decir nada.
La incoherencia de estos dos
sujetos con motivo de la citada visita papal, es tremenda, ya que está totalmente
en contra de los axiomas, proposiciones, premisas y postulados materialistas
del judío Karl Marx, pues como ya saben, su régimen ideológico refuta, niega y
repele cualquier valor que trascienda la magnitud de la dimensión circunstancial
y temporal del ser humano. Esto está demostrado sobradamente.
El judío no considera la
religión como un puro yerro hipotético e incierto, sino como una gran
fascinación y embrujo del ser humano, que tiene su origen en la situación
miserable de las personas, que les hace explorar un “más allá” ficticio y
quimérico para corregir y mejorar los males, males que son, obviamente,
materiales.
Como ya saben, este monstruo
dijo aquello de que “la religión es el opio del pueblo”. Exactamente
dijo: “La religión es el suspiro de la criatura
oprimida, la conciencia de un mundo sin corazón, así como ella misma es el
espíritu de una situación sin espíritu. Es el opio del pueblo”, queriendo decir con esto que la religión es como una
droga que lleva a evadir y a escapar del mundo real al ser humano, impidiéndole
lanzarse a la conquista de los bienes temporales luchando contra la opresión,
promovida y auspiciada por el capitalismo. De aquí nace su tarjeta mesiánica: el
combate a muerte contra el capitalismo, para establecer la colectividad comunista
que, como ya saben, no generó más que miseria, hambre, odio y terror. En una
palabra: para Marx la religión es una fuerza opresora, despótica, tiránica,
absolutista, etc, etc.
Este judío empleó
tres “demostraciones” para desmantelar las raíces y principios de la religión:
la sociológica, la psicológica y la dialéctica. Esto lo veremos someramente en
próximas entregas.
Continuará.
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