Como decíamos en
la anterior entrega, Karl Marx empleó tres “demostraciones” para desmantelar las
raíces y principios de la religión: la sociológica, la psicológica y la
dialéctica. Vamos a ver algo de esto.
Para Marx, y
algunos de sus antecesores, la idea de Dios es una fantasía, es decir, una enajenación,
una demencia, un desvarío, etc, del ser humano, que lo llevaría a la creencia
de la existencia de un Ser Supremo, Omnipotente, Eterno, Sagrado, Infinito, Celestial,
Paradisíaco, Principio y Fin de todas las cosas . . .
Según este judío,
la religión separa y aleja al ser humano del ánimo y arresto por corregir y
renovar su estado y situación en el mundo, lo que lleva a considerar a la
religión de “reaccionaria”, “conservadora”, y encarada con el avance y
desarrollo de la humanidad, lo que le llevó a pensar y a afirmar que el cristianismo
instruye y sermonea que haya una clase avasalladora y dominante, y otra
dominada.
Sigue diciendo
este sujeto que el manual del cristianismo manifiesta y predica el temor, el
miedo, cobardía, el ultraje y ofensa a uno mismo, la ignominia, la obediencia, la
subordinación, la sumisión, el acatamiento, etc, manifestando que el
proletariado precisa coraje, valor, esfuerzo, ánimo, furia, etc, para no caer
en dichos principios del manual del cristianismo, principios que son reales en
la sociedad comunista, como está sobradamente demostrado por mucho que se
niegue.
La ignorancia,
más bien mala fe de Marx, queda expuesta cuando nada dice, por ejemplo, de que precisamente el cristianismo censura y
reprueba la sumisión, la servidumbre, la esclavitud, la opresión, la tiranía,
el sometimiento, etc, todo esto presente en los sistemas marxistas. Tampoco
dice nada de que es el cristianismo, y no el marxismo, el que predica la
verdadera libertad, ya sea individual o colectiva, asunto este que tampoco existe
en el comunismo.
Por otra parte,
no hay nada escrito en el cristianismo que diga que debe haber dominantes y
dominados, estando en contra del odio, además de predicar el amor al prójimo,
no despreciando a nadie. Todo esto nada le importa a este judío. Lo que sí le
interesa es su verdad, como le sucedía a Don Quijote cuando contaba su “verdad”
al ver gigantes en vez de molinos, interesándole también la omisión y olvido de
determinados sucesos y acontecimientos, y el enfoque superficial de la
historia, hechos, costumbres, etc. El monstruoso Stalin decía en 1945 que “No
nos guían las emociones, sino la razón, el análisis y el cálculo” ¿Serían
por estas razones por las que asesinó a millones de personas?
Todo esto, y más,
se desmorona viendo como vivieron, y viven, los líderes y las élites de los
países comunistas. Sobre este tema, recomendamos leer, además de los libros que
reseñamos al final del artículo, “La vida oculta de Fidel Castro”,
comentado en este blog con fechas 26, 28 y 29 de noviembre de 2016.
En fin, lo que le
molesta a este sujeto es que el cristianismo mantenga y diga que el progreso y
bienestar social no se consiguen por medio de revoluciones violentas, como lo
hace el comunismo. También le molesta que el cristianismo proteja, ampare y
defienda la propiedad privada por varias razones que el materialismo excluye,
desecha y repudia, ya que dicha propiedad privada va ligada a la dignidad de la
persona. Hoy en día, y como ya saben, existen comunistas con unas propiedades
privadas suntuosas.
Esta es una
somera visión sociológica marxista de la religión. En la próxima entrega
veremos algo sobre la visión psicológica.
Continuará.
Nota.-
Recomendamos leer los comentarios sobre los libros “Avenida Karl Marx”, “El
lobo del Kremlin”, “El misterio del capital”, “El terror bajo Lenin”, “El
verdadero Lenin”, “Érase una vez la URSS”, “Karl Marx y la tradición del
pensamiento político occidental”, comentarios insertados en este blog.
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