Lo más denigrante y desagradable de este gobierno del “sanchismo”, no son la torpeza política, ni la demagogia, ni su camino hacia el totalitarismo, sino la hipocresía y el cinismo. Decimos esto porque constantemente está dando “lecciones” de democracia, a pesar de ser amigo de las más sanguinarias y cerriles dictaduras mundiales, ya sean de corte islámico, o de corte comunista de estilo bananero-caribeño.
Decía Jean-François Revel, en su obra “El rechazo del Estado”, que cuando las izquierdas estaban en la oposición, era antidemocrático criticarlas, porque entonces se negaba la alternancia. Y cuando estaban en el poder, era igualmente antidemocrático criticarlas porque entonces se negaba el veredicto de las urnas.
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