Como decíamos en
la primera entrega, Karl Marx empleó tres “demostraciones” para desmantelar las
raíces y principios de la religión: la sociológica, la psicológica y la
dialéctica. Hoy toca la visión psicológica. Vamos a ver algo de esto
someramente.
Los feligreses de
Marx, perdieron y pierden el tiempo tratando de buscar el descrédito y el desprestigio
de la religión fundamentado en análisis, demostraciones, pruebas, etc, de carácter
psicológico.
Como ya saben, el
alemán Engels (1820-1895), amigo y colaborador de Marx (1818-1863), era un
ricachón de la industrial textil. Durante casi toda su vida dio dinero y más
dinero a Marx, dándole posteriormente un sueldo vitalicio. Sin comentarios.
Pues bien, decía este sujeto que la religión es un fulgor fantástico del
cerebro humano. Esta afirmación trajo como consecuencia que el pensamiento cayese
en el engaño y artimaña del materialismo, que se cierra y se ciega a todo lo que
sea real y esté por encima de la materia, explicando y enfocando todo lo habido
y por haber a partir de esta óptica materialista. Esta “realidad materialista”,
posteriormente se presentó como “científica”, diciendo, por ejemplo, que la
dignidad humana, que es una cosa inseparable y congénita a la persona, es un
asunto sin sentido.
Esto, y otras
cosas, trajeron como consecuencia que la religión tenía que ser inevitablemente
perseguida, combatida y censurada, ya que defiende la vida por encima de otros
temas, además de defender el derecho a la propiedad privada, y de defender
también la dignidad de la persona. En resumen: hay que eliminar la idea de
Dios.
Todo esto, amén
de otros planteamientos, hay que llevarlo a efecto, si verdaderamente se quiere
comenzar la revolución, que en el fonde es rencor, odio, aversión, hostilidad,
etc, a ciertas personas, a las que hay que eliminar. Además de esto, y para
conseguir dicha revolución, se requiere una sumisión y acatamiento absoluto y
total al partido, que es el que está en posesión de la verdad.
Resumiendo: para
el marxismo la idea de Dios es un asunto fantástico que proviene de los
poderíos e influencias físicas y sociales que subyugan a las personas. Esto
desaparecerá en el momento en el que se llegue a la “soñada” sociedad comunista
que, amén de ser una utopía, una fantasía y una ficción, allí donde existió, y
existe, no hay más que mentira, odio, terror y miseria.
¡Ah!, recordar
que el marxismo en la destartalada URSS, después de casi 75 años de mantenerse
en el poder, no logró eliminar la idea
de Dios. Ahí está en estos momentos la Iglesia Ortodoxa rusa
En la próxima y
última entrega, veremos la crítica dialéctica de la religión.
Continuará.
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