Continuamos con personajes históricos, ignorados por la inmensa mayoría al ser
borrados de la Historia por motivos ideológicos y políticos. Hoy veremos algo
sobre Trajano.
Tanto Trajano como Alejandro Magno, consideraban o
creían que el mundo era pequeño para sus conquistas. Su nombre completo era
Marco Ulpio Trajano. Nació en Córdoba en el año 53 de nuestra Era y murió en el
117, siendo el primer emperador de origen no italiano.
Se crió en medio de un mundo militar y sus tropas
prácticamente lo adoraban. Ocupó importantísimos cargos, siendo los más
importantes los de Legado Imperial, Cónsul y Gobernador de Germania. Muerto
Nerva, gran y prudente emperador, Trajano fue proclamado emperador romano elegido unánimemente por el
Senado, encontrándose a la sazón sobre el río Rhin. Al volver a Roma para
hacerse cargo de su nuevo puesto de emperador, fue recibido clamorosamente por
la multitud.
Sus afanes de conquistas no tenían límites. Además de
la conquista de la zona del mentado río Rhin, continuó con el Wesser y el
Danubio, siguiendo después las conquistas de Hungría y Rumanía. No contento con
esto, siguió sus conquistas hasta Siria, Arabia, llegando hasta la misma
Palestina. Posteriormente se fue sobre Armenia, conquistando asimismo Babilonia
y Asiria.
Por otra parte , aunque no llegó a conocer el
Cristianismo, que por aquel entonces se expandía por Occidente, escribió un
documento en el que recomendaba que no se persiguiese a los cristianos, siempre
y cuando se sometieran a lo dictado por las leyes romanas.
Entre sus construcciones destacan el Foro que lleva su
nombre; la columna donde están labradas sus conquistas; la Basílica Ulpiana y
el puente de Alcántara sobre el río Tajo.
Otra característica, impensable en estos tiempos, fue
que protegió a las familias numerosas. Murió llorado y bendecido por sus
ciudadanos.
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