Sobre el aborto

 

Como ya saben, a principios del pasado mes de octubre la ministra comunista Irene Montero dictó una serie de argumentos “científicos” para “resolver” el problema del aborto. Dijo que se iba a modificar la ley IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) aprobada en el año 2010 por el gobierno del Bobo Solemne, y sancionada por “El patrón del Bribón”, como puede verse en el BOE número 55 de fecha 4 de marzo de 2010:

“Por tanto:

Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley orgánica.

Juan Carlos R”.

Esta nueva salida a la palestra de esta individua Montero con motivo de la citada ley del aborto, nos huele a zurrón de peregrino. Y decimos esto porque tal parece que quiere tapar, o echar una cortina de humo sobre el escándalo judicial de su pareja “El Coleta”, y de otros miembros de Podemos.

Esta individua llegó a decir “que todas las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus propios cuerpos. Nuestros cuerpos son nuestros, nosotras decidimos”. 

Vamos a ver: si fuese cierto que la criatura que va a nacer formase parte del cuerpo de la madre, entonces esta Irene Montero cuando dio a luz a sus mellizos, tendría seis manos, tres cabezas, seis brazos, seis piernas, tres corazones, seis orejas, etc. Desde su gestación, dichos mellizos, no fueron parte del cuerpo de su madre ya que, como está demostrado, son biológicamente distintos.

Lo que hay detrás de todo esto, como ya hemos dicho varias veces, es puro marxismo-leninismo, pues tras su gran fracaso del dogma de la lucha de clases, están buscando por otros medios y caminos, el captar nuevos “camaradas” que están “oprimidos”, a los que hay que “liberar”. Ante todo esto, no se admite ni la más mínima discrepancia y oposición, ya que lo que se pretende es la dictadura cultural obligatoria al más puro estilo gramsciano. Y si a alguien se le ocurre alguna crítica, el insulto, la descalificación y la agresividad están servidas. Sus ideas son las mejores, mientras que las de los “otros”,  hay que hacerlas desaparecer y borrarlas.

Lo más “didimudo” del asunto es que el “macho” es el gran beneficiado, ya que no tiene que asumir ningún compromiso ni responsabilidad si hay un embarazo, ya que “nosotras decidimos”.

En fin, la degeneración y la perversión están servidas por mor de ese feminismo que, apoyándose en el “progreso” y en el “derecho”, está asesinando a miles y miles de inocentes.