miércoles, 25 de noviembre de 2020

El regreso del marxista Antonio Gramsci


 

Como recordarán, la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, fue un invento “zapateril” que para lo único que ha servido es para el adoctrinamiento y manipulación ideológica de la juventud, con lo que se consigue la sumisión para que la oposición y la crítica desaparezcan, considerando la enseñanza y la educación como un medio para transmitir objetivos políticos, y no como un fin propiamente educativo.

Es una nación verdaderamente democrática, el Estado no puede imponer nada sobre enseñanza y educación. Esto sólo ocurre en los países marxistas-leninistas y coránicos.

 Según la edad de los educandos, esta asignatura recibe unos nombres verdaderamente curiosos. Así, en la enseñanza Primaria, y en el primer ciclo de la Secundaria, y en los curos 1º, 2º y 3º de la ESO, tiene el nombre antes expuesto. Después, y ya en 4º de la ESO, pasa a llamarse “Educación ético-cívica”, oiga, pasando a llamarse “Filosofía y Ciudadanía” en los cursos de Bachillerato.

 En esta “asignatura”, más bien “lavadura” de cerebro, que es un auténtico catecismo socialista, se habla de “valores democráticos”, tales como el relativismo moral, el “género”, afecciones, progenitor “A” y progenitor “B”, etc, etc., suplantando, como ya es sabido, a los padres y a la familia en lo tocante a la educación en valores morales y religiosos, suprimiendo y aniquilando el respeto a la diversidad.

 Esto es un auténtico desastre pues, como está sobradamente comprobado, el relativismo trae, entre otras cosas, la negación, el desprecio y humillación de valores tales como el esfuerzo, la disciplina, el orden, etc, vulnerando, obviamente, la libertad de pensamiento.

 En fin, el marxista Antonio Gramsci no lo hubiese hecho mejor con su “rivolta culturale”.



 

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