Como recordarán, la
asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, fue un invento “zapateril”
que para lo único que ha servido es para el adoctrinamiento y manipulación ideológica
de la juventud, con lo que se consigue la sumisión para que la oposición y la
crítica desaparezcan, considerando la enseñanza y la educación como un medio para
transmitir objetivos políticos, y no como un fin propiamente educativo.
Es una nación verdaderamente
democrática, el Estado no puede imponer nada sobre enseñanza y educación. Esto
sólo ocurre en los países marxistas-leninistas y coránicos.
Según la edad de los
educandos, esta asignatura recibe unos nombres verdaderamente curiosos. Así, en
la enseñanza Primaria, y en el primer ciclo de la Secundaria, y en los curos
1º, 2º y 3º de la ESO, tiene el nombre antes expuesto. Después, y ya en 4º de
la ESO, pasa a llamarse “Educación ético-cívica”, oiga, pasando a llamarse “Filosofía
y Ciudadanía” en los cursos de Bachillerato.
En esta “asignatura”, más
bien “lavadura” de cerebro, que es un auténtico catecismo socialista, se habla
de “valores democráticos”, tales como el relativismo moral, el “género”, afecciones,
progenitor “A” y progenitor “B”, etc, etc., suplantando, como ya es sabido, a
los padres y a la familia en lo tocante a la educación en valores morales y
religiosos, suprimiendo y aniquilando el respeto a la diversidad.
Esto es un auténtico desastre
pues, como está sobradamente comprobado, el relativismo trae, entre otras cosas,
la negación, el desprecio y humillación de valores tales como el esfuerzo, la
disciplina, el orden, etc, vulnerando, obviamente, la libertad de pensamiento.
En fin, el marxista Antonio
Gramsci no lo hubiese hecho mejor con su “rivolta culturale”.
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