sábado, 28 de noviembre de 2020

El furor y el delirio


 

No nos estamos refiriendo al libro intitulado “El furor y el delirio” ( I ), escrito por Jorge Masetti, un colaborador directo de Fidel Castro, que se desengaño tanto del dictador como del sistema comunista, no. Nos estamos refiriendo al furor y el delirio catalán. Y como hay que “recuperar la memoria histórica”, vamos a ello.

Como ya sabrán, en el año 2007 se creó en Barcelona el Institut Nova Història (Instituto Nueva Historia) con el objeto de aclarar la “verdadera” historia de Cataluña, ya que ha sido “manipulada” a lo largo del tiempo. Entre los disparates que dicen los historieteros de dicho “Insituto”, figuran que Calderón de la Barca, Miguel de Cervantes, Cristóbal Colón, Santa Teresa de Ávila, y un largo etc, eran catalanes. La última fue que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, también lo era, cuando en realidad nació en Vivar (Burgos) de una ascendencia familiar astur-leonesa, estando enterrado en la catedral burgalesa. En el epitafio de su tumba se lee:

“Rodrigo Díaz, Campeador muerto en Valencia el año 1099. A todos alcanza honra por el que en buena hora nació. Jimena, su esposa, hija de Diego, conde de Oviedo, nacida de estirpe real”.

Esta nueva “nacionalidad” de El Cid, salió a la luz cuando dicho Instituto organizó en Gerona, concretamente en Vilobí de Oñar, una charla bajo el título “El Cid Campeador era catalán”. Los argumentos que en esta “charla” se emplearon fueron poco menos que demenciales, ya que dijeron que el linaje era catalán, siendo unos de los personajes más característicos de la Reconquista.

Otra boutade de Instituto fue decir que Pelayo, que es considerado por muchos como el primer rey de España, no existió, y en caso de haber existido sería en Llívia, pueblo de Gerona, ya que todas sus proezas y hazañas tuvieron lugar en este sitio, no en Covadonga. Sin comentarios.

Posteriormente, en el año 2013, este “Instituto” dijo que Cristóbal Colón, tenía origen catalán proveniente de una familia barcelonesa apellidada Colom, diciendo también que las carabelas no partieron del Puerto de Palos de la costa andaluza, sino del de Gerona.

Otra boutade fue decir que Santa Teresa de Ávila se llamaba Teresa de Cardona Enríquez, y que era una abadesa, priora, superiora o lo que fuese, de Pedralbes, barrio de Barcelona.

Más boutades: Lope de Vega y Calderón de la Barca escribían en catalán, no en español, además de decir que Miguel de Cervantes procedía de una familia de Jijona apellidada Servent.

En fin, podríamos seguir con estos disparates, pero no merece la pena. El furor y el delirio, así como el espejismo y la alucinación del separatismo catalán les sirvieron, y les sirven, para inventarse e imaginarse su propia historia a base de mentiras, embelecos, distorsiones, falsedades, omisiones, invenciones, etc.

( I ).- Libro comentado en este blog con fechas 6 y 10 de diciembre de 2016.



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