Como decíamos en la anterior entrega, España en estos
momentos es prácticamente un Estado fracasado por mor de la ineficacia e incompetencia
de su gobierno.
Tras cuarenta años de régimen de “partitocracia”, con
sus tolerancias con partidos separatistas, llegamos a donde llegamos: a la
quiebra y ruptura de España. Para eso estaban, y están, la “memoria histórica”,
la “alianza de civilizaciones”, la “ideología de género”, el cambio climático
“Gretathunbergiano” y, como no podía ser de otra manera, el separatismo con sus
grandes cargas de racismo e hispanofobia, fomentado y auspiciado por unos sujetos
cenutrios y faramalleros, tales como el tándem Pedro Sánchez-Pablo Iglesias
que, como hemos dicho en la primera entrega, siguen de manera subliminal del
decálogo del monstruoso Lenin.
La negligencia y desidia de dicho tándem, hicieron que
los errores y traspiés cometidos mostraron, entre otras cosas, las desdichas y
desventuras del sistema de las “autonomías”, auténticos reinos taifas, con 17
sistemas distintos para todo lo habido y por haber, por mucho que se niegue a
base de demagogia, populismo, logomaquia, propaganda, todo ello de cara a las
urnas y a los chiringuitos de aquí y de acullá.
¿Y a dónde les llevó la aplicación del mentado
decálogo leninista? Pues a la intransigencia, al sectarismo, a la radicalidad,
a ser militantes fanáticos y dogmáticos, a la improvisación, al desvío de
compromisos y responsabilidades para que no chapoteen la “Monkloaka”.
Por otra parte, si estuvimos tres meses confinados y
encerrados, ocasionando una ruina descomunal y desesperación, ¿cómo es posible
repetir tal error?
Pero, claro, como ya saben “salimos más fuertes”. Y
ahora con la subida de sueldos, más aún. El que quiera entender, que entienda.
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