sábado, 21 de noviembre de 2020

España, el español y los españoles (Romance melancólico de tintes heroicos)




                                ¡Ay Dios mío ¿qué me dicen?

¿Qué me dicen? ¡Vive  Dios!

¡Ay mi padre y ay mi madre!

Y ¡Ay también mi tío Antón!

Que me dicen que nos quitan,

nos quitan el español

por una nueva ocurrencia

de este gobierno felón.

Pues antes que nos lo quiten

y no tenga otra ocasión

me adentraré en nuestra historia

con verdadera ilusión

narrando en sentidos versos

algo de esta gran nación,

aunque al ir versificando

y buscando lo mejor

tal vez las rimas me salgan

a veces sin ton ni son.

Y si salen hoy sin ton

no sería quizá tan grave

como si salen sin son

porque el sin son hoy en día

es una moda mayor

que obsesiona gravemente

a algún insigne doctor

y a otros doctos  doctorandos,

¡demasiados, por favor!

esclavos infelizmente

de la aciaga “progre”-sión

que están conduciendo a España

hacia la fragmentación

con la infeliz consecuencia

de la desintegración.

Y es que de España y sus gestas

que tan bien recuerdo yo

lo político correcto

hace años que se olvidó

y ahora se escribe otra historia

que da verdadero horror

tan mendaz, odiosa y pobre

que no sé quién la inventó,

aunque no es extraño el caso

al tener tanto doctor

que cuenta tantas sandeces

despreciando hasta el Catón.

(Pero esto lo dejaremos

para mejor ocasión)

y mientras, recordaremos

a Hernán Cortés y a Colón,

a Blas de Lezo y Pizarro,

también al Cid Campeador

a Alvarado aunque por chulo

algún disgusto nos dio,

a Agustina la indomable,

el orgullo de Aragón,

y Viriato, aunque prestado

bien merece una mención

o nuestro Tomás de Bobes

de Los Llanos el León.

También Daoiz y Velarde,

azote de Napoleón.

Y dando un salto en la historia

recordamos con amor

a nuestro héroe don Pelayo

de los moros el terror

y al décimo Alfonso, rey

muy sabio y gran pensador

y a su padre don Fernando

santo de gran devoción

y  al audaz Núñez de Vaca

que un continente cruzó,

y a Elcano, vasco notable

que la vuelta al mundo dió.

Al loco Lope de Aguirre

tan solo como mención.

Y siguiendo con los saltos

traeremos a colación

al noble don Juan de Austria

en Lepanto vencedor

donde por cierto Cervantes

la mano izquierda perdió

Y a aquel gran duque de Alba

que allá en Holanda arrasó.

También al Adelantado

que a hugonotes sometió.

¡Hay tantas, tantas figuras

dignas de esta narración

que nos van a faltar folios

para su nominación!

Algunos vienen a pares

en una soberbia unión

como Isabel y Fernando

de Castilla y Aragón

que con valor consiguieron

de nuestra España la unión.

También Carlos y Felipe

que lograron con tesón

una patria de excelencia

donde no se ponía el sol.

Vitoria, Vives, Mariana,

Balmes y también Feijóo

representantes excelsos

del pensamiento español.

Teodosio, también Adriano

y Trajano ¡cómo no!

cada uno honrosamente

fue de Roma emperador;

el andalusí Averroes (1)

tan eminente doctor

que con su sabiduría

a medio mundo asombró.

Velázquez, Murillo, Goya,

el Greco y también Miró

cada cual pincel en mano

maravillas nos dejó.

Seguiría una excelsa lista

que España al mundo donó

y sería interminable

traerla ahora a colación

por lo que ya cerraremos

esta sin par relación

de personajes grandiosos

de España, esta gran nación,

lamentando amargamente

su olvido en la historia, hoy.

 

(1) Abū l-Walīd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd, es el nombre completo de Averroes, difícil de introducir en la rima asonante del romance y, aunque le hubiese gustado hacerlo al juglar, tuvo que dejarlo por imposible.

 

Francisco Alonso-Graña del Valle

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