¡Ay Dios mío ¿qué me dicen?
¿Qué
me dicen? ¡Vive Dios!
¡Ay
mi padre y ay mi madre!
Y ¡Ay
también mi tío Antón!
Que
me dicen que nos quitan,
nos
quitan el español
por
una nueva ocurrencia
de
este gobierno felón.
Pues
antes que nos lo quiten
y no
tenga otra ocasión
me
adentraré en nuestra historia
con
verdadera ilusión
narrando
en sentidos versos
algo
de esta gran nación,
aunque
al ir versificando
y
buscando lo mejor
tal
vez las rimas me salgan
a
veces sin ton ni son.
Y si
salen hoy sin ton
no
sería quizá tan grave
como
si salen sin son
porque
el sin son hoy en día
es
una moda mayor
que
obsesiona gravemente
a
algún insigne doctor
y a
otros doctos doctorandos,
¡demasiados,
por favor!
esclavos
infelizmente
de la
aciaga “progre”-sión
que
están conduciendo a España
hacia
la fragmentación
con
la infeliz consecuencia
de la
desintegración.
Y es
que de España y sus gestas
que
tan bien recuerdo yo
lo
político correcto
hace
años que se olvidó
y
ahora se escribe otra historia
que da verdadero horror
tan
mendaz, odiosa y pobre
que
no sé quién la inventó,
aunque
no es extraño el caso
al tener tanto doctor
que
cuenta tantas sandeces
despreciando
hasta el Catón.
(Pero
esto lo dejaremos
para
mejor ocasión)
y
mientras, recordaremos
a
Hernán Cortés y a Colón,
a
Blas de Lezo y Pizarro,
también
al Cid Campeador
a
Alvarado aunque por chulo
algún disgusto nos dio,
a
Agustina la indomable,
el
orgullo de Aragón,
y Viriato,
aunque prestado
bien
merece una mención
o
nuestro Tomás de Bobes
de
Los Llanos el León.
También
Daoiz y Velarde,
azote
de Napoleón.
Y dando un salto en la historia
recordamos con amor
a
nuestro héroe don Pelayo
de
los moros el terror
y al
décimo Alfonso, rey
muy
sabio y gran pensador
y a
su padre don Fernando
santo
de gran devoción
y al audaz Núñez de Vaca
que
un continente cruzó,
y a Elcano, vasco notable
que
la vuelta al mundo dió.
Al
loco Lope de Aguirre
tan
solo como mención.
Y siguiendo
con los saltos
traeremos
a colación
al
noble don Juan de Austria
en
Lepanto vencedor
donde
por cierto Cervantes
la
mano izquierda perdió
Y a
aquel gran duque de Alba
que
allá en Holanda arrasó.
También
al Adelantado
que a
hugonotes sometió.
¡Hay
tantas, tantas figuras
dignas
de esta narración
que
nos van a faltar folios
para
su nominación!
Algunos
vienen a pares
en
una soberbia unión
como
Isabel y Fernando
de
Castilla y Aragón
que
con valor consiguieron
de
nuestra España la unión.
También Carlos y Felipe
que
lograron con tesón
una
patria de excelencia
donde
no se ponía el sol.
Vitoria,
Vives, Mariana,
Balmes
y también Feijóo
representantes
excelsos
del
pensamiento español.
Teodosio,
también Adriano
y
Trajano ¡cómo no!
cada
uno honrosamente
fue de
Roma emperador;
el
andalusí Averroes (1)
tan
eminente doctor
que
con su sabiduría
a
medio mundo asombró.
Velázquez,
Murillo, Goya,
el
Greco y también Miró
cada
cual pincel en mano
maravillas
nos dejó.
Seguiría
una excelsa lista
que
España al mundo donó
y
sería interminable
traerla
ahora a colación
por
lo que ya cerraremos
esta
sin par relación
de
personajes grandiosos
de
España, esta gran nación,
lamentando
amargamente
su
olvido en la historia, hoy.
(1) Abū l-Walīd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd, es el nombre completo de Averroes, difícil de introducir en la rima asonante del romance y, aunque le hubiese gustado hacerlo al juglar, tuvo que dejarlo por imposible.
Francisco
Alonso-Graña del Valle
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