Continuamos con el tema de la enseñanza y la
educación.
Como decíamos en la anterior entrega, la canción de
moda dice que los padres no deben ni pueden transmitir valores a sus hijos
porque, dicen, es violentar y descerrajar sus conciencias. Los que
verdaderamente violentan las conciencias son los “principios” que actualmente
se están inculcando en la educación ¿Cómo es posible que se pueda pensar que
unos padres al educar a sus hijos lo hagan con violencia, cuando lo que priva
es el cariño y el amor?
Es incomprensible que se ataque la transmisión de
valores de padres a hijos, y no se diga nada contra la violencia que sufren los
alumnos en las aulas por parte de ciertos profesores que utilizan a los
muchachos como conejillos de Indias para inculcarles lo “políticamente
correcto” diciendo, por ejemplo, que el cristianismo es una carga, o que hay
que ir a la liberación “político-sexual”.
Evidentemente, la educación de los hijos no es fácil,
sobre todo en estos tiempos. Hay varios factores que intervienen en este tema,
tales, como por ejemplo, la propia familia, el profesorado, los amigos y
compañeros del colegio, además de los de fuera, los mensajes y recomendaciones
que reciben de la sociedad a través de redes sociales, Internet, etc, etc, que
pueden ocasionar grandes trastornos en la juventud debido a su inmadurez.
Aprovecharse de dicha inmadurez para cambiar
actitudes, conciencias, valores, etc, es poco menos que inhumano pues, entre
otras cosas, se ataca la libertad de la que sólo se habla cuando interesa. Pero
esto se hace subliminalmente empleando una terminología, una fraseología y una
retórica “tecnocráticas”, con lo que el “pueblo soberano” ni se entera.
En la próxima entrega veremos algo sobre la
inspiración marxista en la enseñanza.
Continuará.
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