sábado, 21 de noviembre de 2020

La libertad de enseñanza ( I )


 

Aunque ya hemos hecho varios comentaros sobre el asunto de la enseñanza, vamos a seguir con el tema, ya que la cosa está ahora en el “candelabro”, como diría un votante socialista, por mor de la ley Celáa.

En una sociedad normalmente constituida, los temas que afectan a las personas tienen que interesar a todo el mundo, principalmente al Gobierno, aunque este interés, y como se está viendo ahora, y desde hace años en esta impresentable España, hay que encaminarlo a la manera de pensar de los que “okupan” el poder.

El núcleo humano primordial y esencial es la familia. En cualquier tiempo histórico y en cualquier lugar del mundo, hombres y mujeres se unen para crear una familia, preocupándose los padres, obviamente, de enseñar a los hijos los valores éticos, morales y culturales que ellos crean convenientes, es decir, educarlos. . . aunque en los tiempos que corremos lo de la “familia” suena mal, además de no poder crearse por gays y lesbianas.

Dicha transmisión de valores éticos, morales y culturales de padres a hijos, en la actualidad, y desde hace décadas, aquí en España se encuentra con dos opositores de corte totalitario: la influencia e intromisión del Estado en la educación, así como de las ideologías políticas, que se transmiten a través de los “mass-media” del poder. En una palabra: la educación y la familia son los pilares del terremoto que estamos viviendo, en el que la mentada educación pasará a ser una ideología monolítica que hará, y hace, que la juventud esté totalmente obnubilada, mientras que los padres quedarán desterrados, siendo meros espectadores de todo este tinglado, en el que será todo “único”: escuela única, profesorado único, libros de texto únicos, etc, etc

Todo esto persigue un “comunitarismo” con frases rimbombantes basadas en el más puro populismo, así como en la más pura demagogia y logomaquia. Pero, claro, oiga, de esto el “pueblo soberano” ni se entera.

El intervencionismo estatal, al más puro estilo marxista-leninista, está sobradamente demostrado en esta ley de “educación” (LOMLOE), ya que arrasa todo tipo de derechos y libertades, como están expuestos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este arrasamiento lo que más les interesa es acabar con la enseñanza religiosa, la cristina, claro. De la musulmana, ni pío.

Como decía la sujeta Celáa, los hijos no son de los padres. Entonces, ¿de quiénes son? ¿Por qué envió usted a sus hijas a estudiar a un colegio de élite concertado y cristiano, si no son suyas?

Continuará.




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