Millones de españoles estamos viviendo tiempos
difíciles, parafraseando el título de la película “Tiempos difíciles”, dirigida
en 1967 por Burt Kennedy, y protagonizada por Henry Fonda y Janice Rule, entre
otros, por mor de la pandemia y la mala gestión de este gobierno, tanto en el
aspecto social, sanitario y económico.
Ahí tenemos la próxima subida de impuestos, mientras
que en el resto de Europa se bajan ¿No quedamos en que “ya somos europeos”? Es
igual, oiga, “salimos más fuertes”, con medio millón más de parados registrados,
acercándose a los cuatro millones, y con una tasa de paro de casi el 16,5 %.
Todo esto le importe un bledo, dos cominos y tres
dídimos a este desgobierno. Las empresas y los autónomos las están pasando
canutas para llegar a fin de mes. Pero es igual, oiga: ahí están los 22
ministerios, que hace que este “ejecutivo” sea el más caro de todos los habidos,
viviendo “to live in style” (vivir a lo grande).
Como ya saben, y como ya hemos comentado en este blog,
lo más “didimudo” del asunto es la “gran idea” de Podemos: emplear dinero
público para el “análisis” de los colores de los juguetes ¡Demencial, querido
Watson, no elemental! Sobre este asunto, el Instituto de la Mujer (¿hay
Instituto del Hombre?), que como ya saben también depende del ministerio de la
ínclita e inefable Irene Montero, pareja de El Coleta, comentó aquello de
“estereotipos y roles de género en la publicidad de juguetes”. En la web de
dicho Instituto, dirigido por Beatriz Gimeno, “miembra” de Podemos, se lee:
“Los códigos de
colores, mediante el uso predominante del color rosa para niñas y colores
oscuros para niños, siguen plenamente vigentes: casi en el 22 % de los
juguetes para niñas se usa el rosa y ellas aparecen vestidas de este color
en el 14’4 % del total de anuncios. Los niños nunca salen vestidos de rosa
y solo en el 4,2 % de anuncios dirigidos a ellos se utiliza”, siendo calificado este
tema como “urgente”.
¿Le preocupa más a
esta gente el color rosa de una muñeca, que las colas que se forman para la
adquisición de alimentos, como puede verse ante locales de Cáritas, de ONgs,
etc, etc, colas que no se ven, curiosamente, delante de locales de CCOO, UGT y
CNT? Que una formación política se dedique a dilapidar nuestros impuestos en
estupideces “muñequiles”, debería ser fuertemente sancionado por malgastar y
derrochar nuestros impuestos.
Pero, claro, oiga, hay
colas y colas.
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