Como ya sabrán, Isabel Celáa Diéguez, ministra de
Educación y Formación Profesional, “descubrió” que los hijos no eran de sus
padres, refiriéndose al terreno educativo, obviamente, pues si se hubiese
referido al terreno genético seguramente viviríamos en una sociedad con una
elevadísima proporción de hijos de colipoterra, meretriz o cortesana madre.
Esta individua “descubrió”, que los padres no deben
entrometerse en la educación de sus hijos. Vamos a ver, ignorante supina:
¿acaso esto no era lo que se hacía en la destartalada URSS, o lo que se hace
actualmente en Cuba, en Corea del Norte, etc, etc? En la citada URSS, “patria
del proletariado”, no solamente el Estado intervenía en la educación, sino que
decidía lo que el niño o la niña iba a ser el día de mañana: botones,
limpiabotas, guardaespaldas, cocinera, mamporrero, leñador, enfermera, estudiante,
etc.
Por otra parte, esta sujeta Celáa, ¿conocerá el
Artículo 26, Apartados 1 y 3, de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos?:
1.- “Toda persona tiene derecho a la educación”
3.- “Los padres tendrán derecho preferente escoger
el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.
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