Como ya saben, nos gusta “recuperar la
memoria histórica, pero la reciente. Vamos a ello.
Como recordarán, a mediados del año 2016 los “podemitas” querían
cambiar y sustituir las normas y reglamentos lingüísticos. Hasta ahí “podíamos”
llegar. Tales cambios son por motivos ideológicos, ya que dicen que el lenguaje
que se usa normalmente es machista.
Como también recordarán, en marzo de ese mismo año, la
“formación podemita” propuso “un libro de estilo para la comunicación
dentro de la Cámara, que responda a los principios del lenguaje inclusivo”, diciendo que al usar el plural
masculino se “invisibiliza a las mujeres”. Textualmente decían que “un uso sexista del lenguaje obstaculiza
el establecimiento de la igualdad entre hombres y mujeres en la medida en que
invisibiliza a las mujeres.”
Donde las mujeres están “invisibilizadas” es en los regímenes
comunistas de sus amores y en los países islámicos, en donde jamás alcanzaron
la presidencia o la jefatura de un gobierno. No digamos ya nada en el Irán de
su mamandurria.
Siguiendo este planteamiento “podemita”, o “podemito”, como las palabras dentistas, malabaristas, periodistas,
artistas, equilibristas, etc, terminan en a serán del género femenino. Por tanto
habrá que decir dentistos,
malabaristos, periodistos, artistos, para
indicar el género masculino sin hacer caso del artículo. Por otra parte, palabras
terminadas en a, tales como mapa,
sofá, son del género masculino ¿Habrá que decir mapo, sofó, ? ¿Habrá palabra
más femenina que mujer? ¿Habrá que decir “mujera”? Lo mismo pasará con la
palabra madre: habrá que decir “madra”.
La palabra habitantes,
plural masculino, por ejemplo, es una palabra del género
masculino que abarca a ambos sexos. Asimismo, la palabra personas, en este caso plural femenino, es del género femenino que abarca también a ambos sexos. Lo mismo
sucede con humanidad.
Pero, claro, siguiendo la lógica “podemita” habrá
que decir las habitantas, los personos y el humanidod.
El que estas líneas escribe, hace unos años, y con motivo de la
presentación de una página web en un local de un periódico, al hacer la
presentación dijimos “Buenas tardes a todos”. Inmediatamente una señora se levantó
y dijo “Y a todas”. Le respondimos que al decir “a todos” nos referíamos a “todos”
los seres humanos que había en la sala, y que si hubiésemos dicha “Buenas tardes
a todas”, y algún señor hubiese dicho “Y a todos”, le hubiésemos dicho que al
decir “a todas” era porque nos referíamos a “todas” las personas que allí había.
La señora agachó la cabeza y se fue.
En fin, a demagogia, el populismo y la logomaquia de estos sujetos
“podemitas” no tienen límites.
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