Ya nos hemos referidos a
estos personajes varias veces en nuestro blog. Como recordarán, son aquellos
que en el momento que ocurre una desgracia en el mundo occidental, sea del tipo
que sea, salen a la palestra a dar todo tipo de lecciones, autocalificándose
como expertos sobre cualquier tema. Son los clásicos papanatas del sistema. Ese
tipo de “explicaciones”, como recordarán, las dieron en su día sobre la
catástrofe nuclear japonesa de
Fukushima, catástrofe que fue originada por elementos extraños a la
propia central, como ya es sabido.
Tal accidente, lo enfocaron
estos “pensadores químicos”, de acuerdo con su panel ideológico, panel que en
su día no dijo nada de la auténtica catástrofe de Chernobyl en el año 1986 en
las últimas horas de la URSS, producida, no por elementos extraños, sino por
fallo de los reactores.
Cuando les interesa, estos
antinucleares se unen en una combinación roji-verde para jugar con las
emociones del pueblo soberano y “concienciar” a la población, ya que hay que
desmontar las centrales, oiga. Y con
este tema se presentan en actos electorales, exponiendo que este asunto es de
suma importancia. La inseguridad ciudadana, la corrupción de todo tipo, la
excarcelación de asesinos y un larguísimo etc, les importan un bledo, dos
cominos y tres dídimos.
Lo que quieren estos
roji-verdes son puestos políticos, bien sea en el Congreso, en el Senado o en
los gobiernos autonómicos. Y si se les concede un Ministerio, ¡para qué vamos a
hablar! Tendrían un Ministerio ecológico, con su correspondiente presupuesto
también ecológico.
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