Los jefes sindicaleros, cuando les conviene, convocan
huelgas parciales o generales ya que, según ellos, hacen esto para defender el
empleo. Para ello despotrican y lanzan a la gente a la calle como turbinas en
procesiones con banderas rojas, alguna tricolor, y puños en alto.
Nada dicen sobre
los organismos públicos, que solamente producen y engendran papeles y más
papeles, amén de inspectores e interventores, poniendo todo tipo de trabas,
además de impuestos perjudiciales y depredadores por doquier.
Si verdaderamente les preocupase el empleo, no
convocarían dichas huelgas que no traen
más que ruina, ya que los pocos españoles que trabajan pierden su sueldo en
este día. Si el asunto funcionase como en otros países donde los sindicatos
viven de sus afiliados y cuando convocan una huelga son ellos los que pagan a
los trabajadores, a lo mejor la cosa cambiaba.
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