Seguiremos en las mismas

Como podemos ver en estos momentos, comunistas y socialistas andan a la gresca por seguir y conseguir la poltrona.

 La campaña de denigración que están fomentando contra VOX y PP, no ha sido debidamente contestada por estos dos partidos. Tienen motivos suficientes para realizar un análisis real y penetrante de la actuación del PPSSOOE durante sus años de gobierno, que ha dejado miseria, sufrimiento y muchas cosas peores.

En vez de hacer dicho análisis, se repiten machaconamente farfollas y vagas acusaciones ya formuladas una y mil veces, sin hacer una recriminación contundente que convenza a todo el mundo.

Sin embargo, ellos, comunistas y socialistas, son maestros en este asunto. Sus dicterios, libelos, calumnias, filfas, sus expresiones audaces, amén de hurgar en el pasado, son marcas de la casa que van ínsitas en sus genes. De  salir de esta situación desastrosa, ni lo piensan.

No digamos ya nada cuando salen a la palestra los “intelectuales”, “artiscejos” y otros colectivos, subvencionados ellos: se autoinciensan en sus escritos y en sus manifestaciones.

En el fondo lo que sucede es que la izquierda ha sabido explotar el estado de ánimo del mundo occidental, carente de ética y moral. Son pocas las personas que salen al escenario a desenmascarar todas las falacias y sofismas que la mentada izquierda ha desparramado por medio mundo. Mientras no se proporcione al “pueblo soberano” el suficiente arsenal analítico para que se dé cuenta de que los dogmas progres son pura logomaquia, seguiremos en las mismas: el fenómeno contracultural  de los progres de salón seguirá minando la moral y la cultura del mundo Occidental.

Ya decía Pío Baroja que el verdadero peligro de comunistas y socialistas no es cuando están en la oposición, sino cuando gobiernan, porque se dan cuenta de la debilidad del estado, procurando buscar los medios más contundentes para destruirlo desde dentro.

Pero lo terrible del asunto no es esa debilidad del estado de la que hablamos, si no que los gobernantes de ese estado, aliados con separatismos y terrorismos, no son tan débiles como aparecen a primera vista y como pudiera pensarse.