Hay gente por ahí, sobre todo
los que están al lado del pesebre, que dicen que los que escriben en Internet,
escriben de todo y no saben nada. De lo que sí estamos seguros, pues nosotros
escribimos en Internet, es que no
sabemos nada. Y también estamos seguros de que no somos “apesebrados” y que
tampoco nos dejamos pastorear por nadie.
Nosotros, los “otros” para
muchos, que no somos ni periodistas ni “periodistos” (ya saben: “miembras”,
“jóvenas”, “malabaristos”, “dentistos”, “congresistos”, etc, etc), lo único que
hacemos es escribir para denunciar todo lo denunciable que vaya contra España y
contra su Unidad, amén de otras cosas.
De lo que sí estamos seguros
también es que procuramos informarnos previamente sobre lo que escribimos con
el objeto de no meter la pata, aunque podemos equivocarnos en nuestras
apreciaciones. Porque no olvidamos que hablamos y escribimos con las
limitaciones propias de todo ser humano, aunque haya algunos poseídos de la
“hybris intelectualista” que presumen de tener una visión privilegiada sobre el
mundo y que escriben desde su “atalaya” con una pedantería infumable.
Estos padres de la patria en
cuestiones culturales e intelectuales, emiten cada rebuzno que ya lo quisiera
para sí el mismísimo Rocinante. Así, una locutora de TVE manifestaba en su día
que la ortodoncia era una enfermedad que estaba extendiéndose ahora mucho entre
los niños.
Hay periodistas y
“periodistos” que esconden y disfrazan su ignorancia tan impecablemente, que
hasta incluso da la sensación de que escriben bien y saben lo que dicen. Es lo
que llaman “periodismo de calidad”, que podría consistir en “documentarse”
sobre algo o alguien para dar la sensación, ante los que no saben nada o casi
nada, que saben algo, aunque escriban la mayor burrada.
Todos los días salen a la
palestra montones de periodistas y “periodistos” opinando sobre todo lo habido
y por haber. Lo único que saben hacer es lo de siempre: repetir como auténticos
guacamayos los tópicos típicos.
Además otra cosa: ¿le importa
algo al “pueblo soberano” que se le hable, por ejemplo, de economía, o de política internacional,
señores “periodistos” y señoras periodistas? ¿No le importa más las “vidas para
no leerlas” de “famosos”, “artiscejos” y
demás troupe que sale en el “ente”?
Nos viene a la memoria unas
declaraciones del escritor y periodista Juan Cueto, aparecidas en el diadio “La
Nueva España” en noviembre de 2012, en las que decía que “No creo
en el periodismo de internet, me parece una aberración”.
Según el diccionario de la
RAE, periodismo es “Captación y tratamiento, escrito, oral, visual
o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades”.
Por otra parte, dicho diccionario define la palabra aberración
como:
2.
f. “Acto o conducta
depravados, perversos, o que se apartan de lo aceptado como lícito”.
También hay otras
definiciones de esta palabra que pertenecen al campo de la física y de la
biología, que no vienen al caso
Lo que sí nos parece una
aberración, según la primera definición de la RAE de esta palabra, son
precisamente estas declaraciones del señor Cueto. Como diría D. Gustavo Bueno,
a veces mucha gente “hace ruidos con la
boca”.
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