Como ya hemos dicho varias veces, en aquella república había un conflicto de intereses: por una parte, estaban las directrices y conveniencias de la URSS, y por el otro la defensa de la verdadera República, que era la que defendían los Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala y varios más, que tuvieron que huir a Francia perseguidos por los comunistas.
En los artículos anteriores, comentábamos los asesinatos de generales en la zona republicana. Continuamos con el mismo tema.
Como decíamos en el anterior artículo, en éste veremos más asesinatos de generales cometidos por los rojo-republicanos, que nada tenían que ver con los verdaderos republicanos.
El General de División Manuel Goded, que en julio de 1936 era Comandante Militar en Baleares, un día después del Alzamiento, es decir, el 19 de julio, se trasladó a Barcelona para ponerse al mando de las tropas. Junto a los también generales Álvaro F. Burriel y Justo Legorburu, se les hizo un consejo de guerra condenándolos a muerte. Fueron fusilados en el castillo de Montjuic el 12 de agosto de ese mismo año.
Asimismo, el general José G. Aldave, que a la sazón era Comandante Militar de Alicante, también fue fusilado.
También fueron asesinados Pío López Pozas, José Rodríguez Casademunt, Villegas, Capaz, González de Lara, Emilio Araujo y Manuel Lon Laga, todos ellos generales. Lo mismo les ocurrió a los contralmirantes Francisco Márquez Román y Ramón Navia Osorio, así como los vicealmirantes Francisco Javier de Salas González y Miguel de Mier y del Río.
Continuará.
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