viernes, 9 de junio de 2023

La verdadera Historia, no la “memocrática” ( X X V I ).


 

Vamos a dedicar varias entregas a lo que se denominaban las “checas”, nombre procedente, como ya es sabido,  de la policía política soviética, creada por  Dzerzhinski en la Rusia de 1917,  cuyo significado  era “Comisión extraordinaria panrusa para la supresión de la contrarrevolución y el espionaje”.


Para empezar diremos que en aquella II República española, había de todo menos orden, respeto y libertad, por mucho que nos quieran decir lo contrario los “historieteros” de ahora. Y decimos esto porque, al margen del gobierno, había grupos, ya fueran socialistas, comunistas, anarquistas, incluso del POUM, que movilizaron sus milicias, creando sus órganos de gobierno, tribunales, policías, etc., haciendo todo tipo de prácticas políticas, incluso económicas y sociales. 

Valiéndose, y aprovechando esta circunstancia, el PCE llegó a tener el control de todo este tinglado, implantando, dirigiendo e instigando todo un proceso revolucionario dirigido  por “El padre de todos los pueblos”, es decir, por Stalin, con el objeto de conseguir sus fines e intereses. El gobierno permanecía al margen de todo esto. La República ya no era tal.

Para llevar a cabo este proceso que implicaba, entre otras cosas, el exterminio de personas y sectores sociales “contrarrevolucionarios”, se crearon unas “entidades” que eran el fiel reflejo de la Revolución Bolchevique rusa de 1917: las checas, que no eran exclusivamente propias del PCE, sino de otros partidos e incluso de los sindicatos.

Tales checas se instalaron en todo tipo de edificios, ya fueran cedidos, o incautados la mayoría de las veces. Allí se maquinaban retenciones, asaltos, requisas y tenían lugar los asesinatos. El número de estos “centros” era enorme, sobre todo en los sitios más poblados como Madrid, donde había más de 200, o Barcelona, donde había 20, aunque también las había en lugares más pequeños. ( Sobre este tema de las checas, recomendamos leer el libro “Checas de Madrid”, autor César Vidal, editado por Belacqua de Ediciones y Publicaciones S.L. y también por Carroggio S.A. de Ediciones en el año 2.003, libro comentado en este blog con fecha 24 de febrero de 2.017).

Según quién “gestionara” dichas checas, el mando correspondía a un responsable, que en el caso de los comunistas eran individuos de nacionalidad soviética. En el caso de los anarquistas, ya no había un responsable, sino  un Comité de Defensa. También había otro tipo de checas que estaban gestionadas por delincuentes comunes, y que eran unos auténticos mataderos.

Las sentencias que se dictaban, no tenían apelación posible, además de ser ejecutadas inmediatamente aplicándose, en la mayoría de los casos, terribles torturas. También se usaba la patraña  de dar la “libertad” al detenido. Una vez que salía del recinto era automáticamente ejecutado. Era lo que se llamaba “el paseo”. De esto, el intransigente y cruel ciudadano Rafael Alberti, sabía mucho.

En la próxima entrega, veremos que también había checas que estaban en manos del gobierno que, lejos de ser un verdadero gobierno republicano respetuoso con todo tipo de libertades, formaban parte del aparato represor de dicho gobierno.

Continuará.



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