Según la
propaganda del manual, el socialismo tiene un enorme interés por la cultura,
interés que no es otro que el de controlarla para dirigirla por los caminos que
interesan a sus fines. Esto está más claro que el agua.
La Iglesia Católica es fuente de cultura, como es de sobra sabido. Y además la produce en cantidad y calidad, cosa que el socialismo es un auténtico parásito en este tema. A pesar de esto, el socialismo, aparte de utilizarla como arma propagandística, valiéndose de los poderosos medios de difusión ( y de confusión, en muchos casos), se atreve a dictar, y legislar, en una materia tan delicada como la educación. Al viejo y embalsamado proyecto de educación socialista, se opone la Iglesia Católica que, “manque” les pese, es una educación más completa y profunda. Además, no olvidemos que el cristianismo en general ha sabido defender mejor la cultura que el socialismo, durante su triste historia llena de miseria y de sangre.
Como recordarán (hay que "recuperar la memoria democrática", oiga),
aquel nefasto presidente, sujeto intelectualmente obtuso, llamado Zapatero, y
el actual doctor Sancheznstein, consideran a la Iglesia y a la familia como sus
dos grandes enemigos para la aplicación de sus programas-proyecto, siendo la
primera una institución predemocrática y la segunda otra institución que se
mueve en ámbitos distintos, a pesar de hay quien dice que Jesús fue el primer
socialista, cuando en realidad fue el creador de unas normas éticas y morales
que el socialismo odia a muerte.
Solamente nos queda decir una cosa: la Iglesia se crece ante el castigo. Y que
no nos vengan con el cuento de que el socialismo educa a “demócratas”. A esto
responderemos que la Iglesia educa a personas para ser tales.
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