lunes, 19 de junio de 2023

La verdadera Historia, no la “memocrática” ( X X X ).


 La implantación del comunismo en aquella República de 1931, quedó reflejada en la reunión de la Internacional Comunista, ya que varios miembros de la misma creían y estimaban que la España de aquellos años ya estaba apta y madura para la revolución que perseguían, según los dogmas comunistas.

Sin embargo, algunos de los miembros de dicha Internacional seguían considerando a España como un país capitalista. Por tanto, había que hacer todo lo posible para aniquilar el régimen republicano e implantar la dictadura del proletariado.

A pesar de esto, algunos dirigentes del PCE estimaban más conveniente la colaboración con los partidos democráticos. Como esta actitud no gustaba a los jerarcas de Moscú, entre 1930 y 1931 varios miembros de la citada Internacional vinieron a España para convencer y persuadir a los citados dirigentes del PCE para que siguiesen las instrucciones y órdenes de Moscú, órdenes que consistían en sabotear la incipiente república que se acababa de crear.
Estas instrucciones  moscovitas, no fueron aceptadas  por el PCE con las prisas y diligencias que Moscú esperaba. Ni qué decir tiene que inmediatamente comenzó la purga de estos miembros del PCE que no aceptaban lo que Moscú les ordenaba.

A tal efecto, en octubre de 1932 el Comité Ejecutivo de la Internacional comunista (CEIC)  convocó en Moscú a la jefatura del PCE, que fue expulsada automáticamente de la Internacional Comunista. José Bullejos, a la sazón supremo mandatario del PCE, junto con sus seguidores y partidarios, fueron sustituidos por un grupo de personas astutamente seleccionadas, algunas de las cuales habían estado varios años en la Escuela “Lenin” y en la academia “Frunze”, nombre este en honor de Mijail Frunze y que era la Academia Militar del Ejército Rojo.

En esta nueva directiva del PCE  diseñada por Moscú, estaban José Díaz, Jesús Hernández, Vicente Uribe, Antonio Mije, Manuel Hurtado, Enrique Líster y Dolores Ibarruri. (Recomendamos ver el libro de José Bullejos “La Comintern en España. Recuerdos de mi vida”,  Impresiones Modernas, México D.F., 1972, páginas 202-207).


Como podrán observar, en el nombramiento de estos nuevos jefes comunistas, no intervino para nada el pueblo. La ausencia de democracia de la que cínicamente cacarean tanto los comunistas, es notoria. Además, y para controlar la sumisión y lealtad de estos nuevos jefes, Moscú envió a España al argentino Vittorio Codovilla, que fue el verdadero jefe del PCE. Su actuación fue denigrante, ya que se enfrentó a anarquistas y socialistas además de rechazar la colaboración con los partidos de izquierda. Sobre este asunto recomendamos leer “Queridos camaradas”, autores Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo, Editorial Planeta, 1999, 532 páginas, concretamente lo que se dice en las páginas 110 y 188. Este libro lo tenemos comentado en este blog con fecha 9 de julio de 2.016.

¿Figurará esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?

Continuará.



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