Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos
cosas que se leen en el “Manifiesto comunista”
Marx, intentando expandir lo que la Historia enseña,
empieza diciendo que:
“Dividió a la sociedad en diversos estamentos”;
“Provocó la lucha de clases”; “Enfrentó a maestros y oficiales, a una clase
política contra otra, a la burguesía con el proletariado”,
etc. Sobre la burguesía, dice:
“Destruyó las relaciones entre los
hombres” (Suponemos que Irene Montero y su “complexo” estarán
que trinan, ya que la mujer no aparece); “Ha convertido a los trabajadores
en servidores asalariados” (¿y a las trabajadoras?); “Ha desgarrado las
relaciones familiares” (Mayor cinismo no cabe, ya que el comunismo sí que
es un gran desgarrador familiar); “Ha profanado las creencias e ideas
sagradas, veneradas durante siglos”. (De esto no comentamos nada, ya que el
gran profanador es precisamente el comunismo); “Ha concentrado la propiedad
en manos de unos pocos”. (Sobre este asunto recomendamos leer, como ya
hemos dicho varias veces, los comentarios sobre los libros “La nomenklatura. Los privilegiados en la URSS”, insertado en este blog con fecha 14 de junio de 2017,
y “La vida oculta de Fidel Castro”, insertado con fechas 28,
29 y 30 de noviembre de 2016. Verán esos “pocos” quiénes son.
Sobre el tema de la burguesía concluye
Marx que “ha producido sus propios sepultureros, y su hundimiento es
inevitable”. Lo que fue inevitable fue el hundimiento del comunismo.
Sobre el proletariado dice que se trata de
una clase “sin
propiedad, sin patria, sin nada poseído, sin nada que salvaguardar”,
diciendo también que forman “una masa diseminada, sin la unidad que goza la
burguesía”, concluyendo que “el verdadero resultado de sus luchas no es
el éxito sino la unión” ¿Qué propiedades posee la gente que vive bajo un
sistema comunista? Ninguna ¿Qué patria tiene esa gente? Pues ninguna también,
pues son “internacionalistas”, aunque el sátrapa Fidel Castro dijo en su día
aquello de “Patria, o muerte”.
Sobre la
burguesía, dice que “el proletariado debe luchar contra el burgués aislado
que explota directamente, oprimirlo, arrancarle gradualmente su capital, violar
despóticamente su derecho de propiedad, arrastrar su existencia a la esclavitud”.
Para esto dice
que es menester “recurrir a
la violencia, e implantar así su dominación”. Cuando haya llegado esta
situación de dominio, hay que “centralizar todos los instrumentos del
estado, destruir las mercancías extranjeras que le hacen competencia, romper o
incendiar las máquinas . . .”
En la próxima
entrega veremos lo que dice este judío en el “Manifiesto” sobre el socialismo,
Continuará.
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