Continuamos con la obra de nuestro familiar Carlos Isla de Lafuente, intitulada “Oviedo: un museo de escultura en la calle”. En la página 15 se lee:
“L A P L A Z A
M A Y O R”
“Definición de plaza”
“Según el Diccionario de la Real Academia Española de la
Lengua, el término plaza viene del latín “platea”
y ya en el siglo XIII Gonzalo de Berceo
habla de ella como “lugar
ancho y espacioso dentro del poblado”. En el siglo XVIII Leandro Fernández de Moratín concreta el
término señalando que es el “lugar
donde se rendían
los mantenimientos y se tiene trato común de los vecinos comarcanos, y donde se
celebran las ferias, los mercados y fiestas públicas”.
El origen de gran parte de las
plazas de nuestro país hay que buscarlo en el espacio destinado al comercio de
mercancías y que se aprovecharía para otro tipo de concentraciones, tanto
cívicas como religiosas, festejos taurinos, ajusticiamientos, etc.
Primeras plazas de
la península ibérica.
Hasta el primer milenio no se
puede hablar de un incipiente urbanismo. En las poblaciones de los iberos se
encuentran restos de edificios articulados de tal forma que dejan espacios
vacíos, lo que podemos considerar como incipientes plazas, ocurriendo lo mismo
en los castros celtas.
En las colonias fenicias, al
sur de España, resulta más que probable la existencia de mercados ya definidos.
De manera más precisa lo tenemos en las colonias de los griegos, tal y como
ocurre en la antigua Ampurias, que muestra en su plante, del siglo V antes de
Cristo, un trazado con dos calles principales perpendiculares en cuya
confluencia se abre un amplio espacio rectangular. Será ya en las poblaciones y
ciudades de Hispania donde podemos encontrar verdaderos enclaves como son los
foros o plazas, donde se realizaba el mercado y todo tipo de actividades.”
En próximas entregas veremos “La plaza española en la
Edad Media”, “El nacimiento del concepto Plaza Mayor”, “Morfología de la plaza
española”, “Funciones de la Plaza Mayor”, “Nombres de la Plaza Mayor” y
“Variedad regional”.
Continuará.
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