sábado, 17 de junio de 2023

El verdadero Marx ( y I V )


 

Como decíamos en la anterior entrega, en esta última veremos algo sobre lo que dice Marx en el “Manifiesto” sobre el socialismo, la religión y la familia.

Dice que en el “socialismo burgués”  una parte de la burguesía deseaba remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa. Era el caso de los economistas, que buscaban una burguesía sin proletariado, invitando a los proletarios a entrar en la nueva Jerusalén y no haciendo otra cosa que inducirles a continuar con la sociedad actual, apartándose de todo movimiento revolucionario”.

Después habla en dicho “Manifiesto” sobre el comunismo con el conocidísimo párrafo siguiente:

 “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Y todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada contra este fantasma”. Pues “el comunismo ya está reconocido como una fuerza. Ahora, pues, es el momento en que los comunistas expongan al mundo entero sus preceptos”.

Según este judío Marx, los comunistas se diferencian y se distinguen  por la independencia de su nacionalidad, por proclamar la violencia, por las fases de la lucha”, siendo su intención y propósito principales “la conquista del poder político para el proletariado”. Esto ya se sabe que es una auténtica mentira, ya que dicho “poder”, queda en manos de la privilegiada “nomenklatura”.

Después continúa con el manido tema de la abolición de la propiedad diciendo que  hay que abolir “la propiedad en general y  la propiedad burguesa” ¿Qué dicen a esto los ricachones y “ricachonas” comunistas, algunos “artiscejos” y “artiscejas”, con suntuosos chalets y viviendas, amén de grandes sueldazos?

En cuanto a lo que dice sobre la familia es poco menos que repulsivo y asqueroso, ya que dice que la familia “ha de ser suprimida para el proletariado, pues no existe más que para convertir en burgueses a sus integrantes”, diciendo también que hay que “abolir la servidumbre de los hijos para con sus padres, destruir los vínculos más íntimos, sustituir la educación familiar por una educación social”, diciendo también que “los dulces lazos de los padres con sus hijos resultan repugnantes”.

En cuanto a la religión, ¡para qué vamos a hablar! Además de la manida frase pronunciada por él en 1844 de “La religión es el opio del pueblo”, dice también este monstruo que la religión es un “mero prejuicio burgués”, diciendo también que el comunismo tiene que abolir “la religión y la moral”.

En fin, como hemos podido ver en estas cuatro entregas, nada de libertad y respeto, pero sí mucho de bota, bozal y grillete, amén de ver, oír y callar.



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