La verdad es que queda uno un
tanto atónito y perplejo leyendo las informaciones que nos suministran los
“periodistas” a través de los distintos medios de información. Y decimos lo de
atónito y perplejo porque dada la intencionalidad política dominante, no sabe
uno cuál es, o tendría que ser, el periodista correcto y serio.
Y aquí es donde se complica el asunto porque algunos de estos reporteros, que muchas veces se hacen con las riendas de un periódico, con una idiotez y estupidez asombrosas, los colocan delante de un micrófono o de unas cámaras y sólo se les exige cierta “chispa” que esté de acuerdo con lo políticamente correcto, para “opinar” y hacer todo tipo de “análisis”: lo mismo te hablan de psicología, de ecología, de religión, de arte o etnografía peruana. No digamos ya nada cuando hablan del opio del pueblo, es decir, el fútbol. Tampoco digamos nada si ante las cámaras aparece una mujer periodista inflada por la silicona o por la toxina botulímica (BOTOX).
Estos periodistas, y “periodistos”, más que tales, son unos auténticos comisarios políticos, ya que su labor no es buscar y dar noticias, sino vigilar el contenido de las mismas. Y si de paso se lanza a la gente como turbinas contra la oposición, defendiendo a capa y espada al gobierno, mejor que mejor, oiga. Su escasa cultura y su extrema ideologización valen para esto y para mucho más.
Pero lo que verdaderamente llama la atención es ver como auténticos profesionales, empresarios, artistas, intelectuales, etc, etc, pierden el tabalario por aparecer ante las cámaras y los micrófonos para ser sometidos a preguntas de todos estos ineptos, cuya imbecilidad progresista les rezuma por los cuatro costados. No se comprende muy bien.
Por otra parte, estos “periodistas” en vez de pensar en la gran responsabilidad social que tienen cuando “analizan”, de lo único que se preocupan, en muchos casos, es dar sentencias, condenatorias casi siempre, siguiendo las normas y pautas que les impone el panel ideológico. La escasez mental, la hipocresía y el “lameculismo” de estos cómplices no dan para más.
Después están los “bolos
televisivos” que, como ya saben, son apariciones de “famosos” hablando en ex
cátedra de casi todo. Porque ya saben
que el “ente” es ante todo espectáculo, “market”, “share”, “prime”, etc, etc,
es decir, todo menos periodismo, debate y noticia aséptica, ya que la “noticia”
sólo interesa si es rentable.
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