Fomentando diferencias y sufrimientos

Como recordarán, el ínclito e inefable Pedro Sánchez hizo unas declaraciones en su día diciendo que veía imposible pactar con el PP, ya que si lo hiciese sería un pacto “contra natura” porque “el PSOE se tiene que coaligar con quienes sufren  y no con quienes provocan el sufrimiento”. Se ve que a este sujeto no le interesa “recuperar la memoria histórica” reciente, sobre todo la referente a su partido en los tiempos del “zapaterato”. Nosotros se la vamos a “recuperar”.

Aquella pandilla de íncubos y de súcubos que nos gobernaba en los citados tiempos recientes del “zapaterato”, seguía la táctica de “vosotros trabajad que yo gestiono vuestros impuestos”. Ignoraban, o se olvidaban intencionadamente,  que la primera y principal función de un verdadero Estado de derecho, es que su gobierno defienda y luche por los verdaderos derechos de todos, siendo estos derechos superiores al propio Estado. A pesar de que esto no era así en la España de aquel entonces, no cesaban, ni cesan, de hablarnos democracia. Aquel nefasto gobierno “zapateril” no tenía ni puñetera idea de lo que era redistribuir los impuestos. Lo que sí tenía era una conciencia recaudatoria para intentar paliar sus gastos monstruosos, asunto este que sí provocaba sufrimiento en la sociedad. 

Como recordarán también, Zapatero y su complexo subieron los impuestos, no de una forma progresiva, escalonada o proporcional, sino de forma brutal y escandalosa. Se decía que había  que subir impuestos porque “hay una crisis muy acentuada” (entonces sería “crisís”). Lo que había que hacer era analizar el  por qué se llegó a aquella “crisís”, es decir, saber cuál fue la política fiscal hasta aquellos momentos de subida de impuestos, así como saber si aquel Estado era tan serio y eficaz como blasonaban sus “okupas”.

Los programadores  de aquella política fiscal, por muy socialistas que decían que eran,  ¿hicieron  algo por disminuir la “influencia” de la oligarquía financiera? ¿ Y qué hicieron asimismo, con la oligarquía política?

Sobre la oligarquía financiera conviene recordarle a este sujeto del sufrimiento que “recupere la memoria” de las SICAV (Sociedades de Inversión Colectiva de Capital Variable) en los tiempos del “gonzalato” y del “zapaterato”. Dicha SICAV era una válvula de escape para dicha oligarquía, que si bien tributaba por los conceptos de IRPF y del capital, para las ganancias solamente se pagaba un uno por ciento de impuestos, cuando cualquier españolito del “pueblo soberano” pagaba veinte o treinta veces más por su sueldo o una pensión miserable, comparado esto con los SICAVENSES.

De la segunda oligarquía, de la política, el asunto parecía de risa, por no decir otra cosa. Decimos esto porque de los 17 jefecillos autonómicos que tenemos en esta desguazada España, ninguno coincidía, por ejemplo, en el tema tan ardiente e importante de la “crisís” económica, aunque el mismísimo “Zapo” decía que sí existía tal “crisís”. No hay nada más que ver como las distintas autonomías  se subían, y se suben,  los presupuestos: había que “justificar” los ya manidos 400 euros y los 2.500 por natalidad ¿Se acuerdan? 


Pero es igual: seguimos hablando de las diferencias entre ricos, poderosos, pobres, débiles, etc., sin decir, claro está, que aquel nefasto gobierno fue el verdadero promotor, con sus políticas fiscales, de estas diferencias que, obviamente, generan sufrimientos.