viernes, 2 de agosto de 2019

Personajes de la Segunda República. Juan Negrín” ( I I I )



En el aspecto crematístico había miles de millones de dólares en bancos suizos y americanos robados y sin ningún justificante.

 Había también miles y miles de españoles muriéndose de hambre en los campos de concentración franceses y en las arenas de Argelés. Sin embargo, Negrín no entregó ni una peseta para socorrerlos.

Obligó a miles de españoles a luchar “hasta el final”, pero sin embargo, desde 1937 estaba intentando pactar con Franco, según confesó a su amigo Araquistain. A tal efecto, se desplazó a Zurich con la disculpa de asistir a un congreso de fisiología. La realidad era que iba a entrevistarse con un representante de Hitler, el conde Welczek, para que el Führer presionase a Franco para terminar la guerra.

A partir de ese momento los republicanos quedaron divididos en dos bandos irreconciliables: por una lado estaban Companys y Azaña, que querían negociar la paz con mediación francobritánica. Del otro lado estaban Negrín y los comunistas, que querían alargar la guerra hasta una eventual contienda europea.

Vivió con gran opulencia a costa del erario y jamás rindió cuentas del dinero de todos los españoles. Era hombre de costumbres gargantuescas y pantagruélicas en el comer y beber, y hercúleas en ciertas actividades biológicas “penerinas”.

El historiador y catedrático Carlos Seco Serrano decía:

“En honor a la verdad, es necesario añadir que la ayuda rusa estuvo siempre muy por debajo del precio que se pagó por ella. Porque tras los envíos rusos – de calidad mala o mediocre, y condicionados siempre, en cuanto a número, a las alternativas de la política interna española – está el escandaloso affaire  de las reservas de oro sepultadas en Rusia por iniciativa de Negrín”.

Continuará.



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