Desde que al ser humano le dio por
frotar dos piedras, descubriendo el fuego, desde entonces no hemos dejado de
contaminar nuestro planeta. El asunto es así de sencillo: si se quiere obtener
energía, para lo que sea, hay que quemar algo.
Lo primero que quemó el ser humano fue,
obviamente, la madera, aunque también posteriormente se quemaron vegetales y
animales. Sea como fuere, el fuego producido contaminaba y sigue contaminando.
Pero, claro, con las nuevas tecnologías,
surgieron otros combustibles que probablemente contaminen aún más. Caso sería
la emisión del CO2 que proviene, como es sabido, del combustible
petróleo.
También los combustibles fósiles, como
por ejemplo el gas natural y el carbón, contaminan.
De momento, y mientras no se invente
algo nuevo, tendremos que seguir contaminando si queremos seguir viviendo,
aunque esto parezca una paradoja. Porque vamos a ver: si se cierran todo tipo
de instalaciones que contaminen, tales como industrias siderúrgicas, centrales
térmicas, etc, etc; si se suprimen todos tipo de transporte basado en el
petróleo, como aviones, barcos, autos, etc, y además también se suprimen todo
tipo de motores que pueden proporcionar calefacción, ventilación, oxigenación,
aire acondicionado, etc, etc, como piden los “calentólogos”, ¿qué sucederá?
Pues lo primero que millones y millones
de personas se quedarán sin trabajo, lo que generará un conflicto a nivel mundial
de proporciones gigantescas e impredecibles.
Por otra parte, ¿se imaginan esos
“calentólgos” lo que sucedería cuando una persona se pusiese gravemente enferma
y en vez de llamar a una ambulancia, que emite CO2, para llevarla al
hospital, se llamase a un carro tirado por dos bueyes, o hubiese que llevarla a
hombros? O también, ¿cómo llegaría el pescado a las lonjas si se suprimiesen
las actuales embarcaciones y fuesen sustituidas por barcos de remo o de vela?
Asimismo, ¿cómo llegaría dicho pescado a nuestros domicilios si se suprimen
también los camiones-frigoríficos, y los sustituimos por burros, mulas, o los
citados carros de bueyes?
Sí, claro, muchos dicen que hay que
buscar nuevas fuentes de energía. Todo muy bonito, pero, que se sepa hasta
ahora, sólo el hidrógeno sería el combustible idóneo y deseado, ya que abunda
en la naturaleza, siendo el residuo de la combustión agua.
Pero hay un problema: dicho elemento,
aunque abundante, no se encuentra en estado puro, y para obtenerlo hay que
emplear y usar energía, con lo que estamos en las mismas.
Bien es verdad que se puede obtener
hidrógeno utilizando la luz del sol como fuente de energía, es decir, por
fotosíntesis que, como es sabido, es la transformación de la energía luminosa
en energía química, como hacen las plantas . . . pero, ¿es esto rentable?
¡Ah!, ¿y por qué “los verdes”, cuando
hacen campaña, van con sus altoparlantes por las calles subidos en un auto que
está emitiendo CO2? ¿Dónde está la coherencia” ¿Por qué no van a
lomos de un caballo, mula, burro, camello, etc, o, por citarlo una vez más, a
bordo de un carro tirado por bueyes?
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