viernes, 3 de noviembre de 2023

Manuela Carmena, miente, omite y engaña ( I I )


 

Como decíamos en la entrega de ayer, y como ya sabrán, la comunista Manuela Carmena y su correligionaria Ada Colau, presentaron en abril de 2018 una “exposición” con el nombre “No pasarán. Madrid 1936. 16 días” diciendo, entre otras mentiras, que el bando republicano “luchaba por la democracia, pero desde la legalidad”.

Los correligionarios de Carmena y Colau, que no eran republicanos, sino rojo-republicanos, asesinaron miles y miles de personas, ya fuesen religiosos y religiosas, patronos, militares o simplemente por ser de derechas.

Manuel Azaña nos cuenta en la página 96 de su obra “Causas de la guerra de España”, Editorial Crítica S.L., 2.002, 163 páginas incluido Índice, obra a la que recurrimos varias veces en este blog, lo siguiente:

“En el territorio dependiente del gobierno de la República, caían frailes, curas, patronos, militares sospechosos de fascismo, políticos de significación derechista. Que todo esto ocurriera, en su territorio, contra la voluntad del gobierno de la República y a favor del colapso en que habían caído todos los resortes del mando, es importante para los gobiernos mismos y para su representación política. Pero si las atrocidades cometidas en uno y otro bando se consideran, no desde el punto de vista de la autoridad del Estado y de la justicia legal, ni del de la responsabilidad de quienes hayan gobernado en cada zona, sino como un fenómeno patológico en la sociedad española, el valor demostrativo de unos y otros viene a ser lo mismo; su carácter, mucho más entristecedor. La guerra es todavía una fase de la política. Juzgamos la licitud o la ilicitud de una guerra según los designios políticos que persigue. Las atrocidades del resentimiento homicida no pueden juzgarse con ese criterio. No es menester apelar a él para reprobarlas, ni es permitido invocarlo para absolverlas. Tal primitivismo de sentimientos, un desastre tan irracional de los instintos, suprimen la política, la expulsan. Ya sabemos que existe el recurso de organizar la ferocidad y utilizarla como arma defensiva del estado. Sistema del terrorismo, con el que la violencia inmoral parece reincorporarse a una razón política. Mas, si las atrocidades resultantes del desorden inficionan mortalmente la causa que pretenden servir, el terrorismo organizado no asegura nada, ni siquiera su propia duración”.

Manuela Carmena y Ada Colau, ¿habrán presentado en su “exposición” este comentario de Manuel Azaña?

Continuará.




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