martes, 28 de noviembre de 2023

Totalmente militarizado


 

No nos cansaremos de hablar sobre marxismo. No solamente hemos leído a Marx y a Lenin, sino también a Antonio Gramsci, a Carlos Marigella, a Rosa Luxemburgo, a Che Guevara, a Fidel Castro y a un sin fin de comunistas y ex comunistas. Por cierto, el dictador cubano, haciendo uso de la prepotencia marxista de la que ya hemos hablado varias veces, decía en 1971 a Salvador Allende, cuando fue a visitarle a Chile:

“Pero nosotros consideramos que este continente tiene en su vientre una criatura que se llama Revolución. Que viene en camino, y que inexorablemente, por ley biológica, por ley social y por ley de la historia tiene que nacer. Y nacerá de una forma o de otra. El parto será institucional, en un hospital, o será en una casa. Serán ilustres médicos o será la partera quien recoja la criatura, pero de todas maneras habrá parto”. Sin comentarios.

 Dicho esto, a nosotros nos ha pasado lo que decía Ronald Reagan: 

 

“Comunista es alguien que ha leído a Marx. Anticomunista es quien ha comprendido a Marx”.

 

Como es sabido, y algunos se lo creen aún hoy día a pies juntillas, el marxismo dice que la sociedad se encuentra dividida en clases, y que la mayoría de estas clases están explotadas por la clase dominante, que cuenta con el aparato represivo del Estado, el cual, a su vez, es el encargado de difundir una “ideología”  para mantener al pueblo acogotado. Precisamente el marxismo cae en este defecto que critica ya que, entre otras muchas de su ideología, suprime las libertades de todo tipo, quedando el pueblo totalmente oprimido y subyugado.

 

A los fanáticos y frenéticos marxistas, les recomendamos leer los libros que tenemos comentados en este blog, tales como “Avenida de Karl Marx”, “Cartas a Stalin”, “Cartas de la prisión y de los campos”, “Che Guevara”, “Comunismo y nazismo. 25 reflexiones sobre el totalitarismo en el siglo XX”, “Crimen sin castigo”, “Dulces guerreros cubanos”, “El cero y el infinito”, “El legado de Fidel Castro”, “El furor y el delirio”, “El libro negro de Carrillo”, “El libro negro de la izquierda española”, “El libro negro del comunismo”, “El libro rojo de los mártires chinos”,  “El lobo del Kremlin”, “El tercer ejército de la URSS”, “El terror bajo Lenin”, “El verdadero Lenin”, “En el país de la gran mentira”, “España traicionada. Stalin y la guerra civil”, “Historia oculta del PCE”, “Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental”, “Koba el temible”, “La ceguera voluntaria”, “La corrupción en la Unión Soviética”, “La gran impostura”, “La gran mascarada”,  “La nomenklatura. Los privilegiados en la URSS”, “La Unión Soviética: de la utopía al desastre”, “La Unión Soviética y la guerra Civil Española”, “Leales camaradas, asesinos implacables”, “Marx”, “Queridos camaradas”, “Rusia, mi padre y yo”, “Si el mundo os odia”, “Sinfonía en rojo mayor”, “Yo escogí la libertad”, “Yo, jefe del servicio secreto militar soviético”, “1984. Carta a Fiel Castro”, “Árbol de odio”, “Archipiélago Gulag”, “Avenida de Karl Marx”, “Breve historia del socialismo”, “Checas de Madrid”,  “Comunismo y nazismo”, “Con la piel de cordero”, “Conspirador: Lenin  en el exilio”,  “Contra la mentira”, “De los archivos literarios de la KGB”, “Terror y utopía. Moscú en 1937, “Terrorismo: la red internacional” y un larguísimo etc. En estos libros se verá todo el terror, el odio y la mentira de la ideología marxista. Y otra cosa: el Estado está totalmente militarizado. Lo de “No a la guerra” y lo de la “Pax soviética”, sólo se lo creen los “idiotas útiles”.

 

Uno de los pilares marxistas, como es sabido, es el choque y enfrentamiento entre patronos y obreros, que si bien es verdad que algunas veces existen, no son como los pinta el marxismo, pues ambos quieren, por razones obvias, el buen funcionamiento de la empresa.

 

Pero es igual, siguen envenenando con su llevada y traída crítica a la “ideología burguesa” que es la que genera pobreza y, por tanto, la guerra. Si así fuese, en la desaparecida URSS tenía que haber una brutal guerra, ya que el comunismo dejó allí 145 millones de pobres.

 

Y este argumento de la pobreza es el que aún se usa hoy día para justificar los desmanes cometidos por las izquierdas durante la II República española. Vamos a ver: en aquellos años había pobreza en muchos sitios, como por ejemplo, en amplias zonas orientales de Europa, en las que se incluyen muchas naciones y territorios dominados por el comunismo, como en la mismísima Rusia. También en Grecia y Portugal, por ejemplo, había pobreza. Y no hubo guerras en esos sitios. Lo que sucedió aquí en España fue que se especulaba constantemente con dicha pobreza por parte de todos los partidos y sindicatos llamados “obreros”, como el PPSSOOEE, el PCE, la CNT, la FAI, el POUM, etc, que, dicho sea de paso, se llevaban entre ellos a matar, (recuérdese el asesinato de Andrés Nin, líder del POUM,  por los comunistas), impidiendo esta especulación el intento de solucionar la situación y que terminó como todos ya sabemos, por mor, entre otras cosas, de las medidas demagógicas de las izquierdas.

 

Y para terminar, otra consideración: como es sabido el marxismo odia, entre otras muchas cosas, la iniciativa privada, que es la que verdaderamente genera riqueza y bienestar, sustituyéndola por la gestión colectiva que, como ya quedó demostrado en la implosionada URRS, es improductiva y estéril. Precisamente este fue uno de los factores que determinaron su desaparición. 



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