Ya hemos escrito muchas veces sobre este tema. Y seguiremos haciéndolo porque a esta pulverizada España , si Dios no lo remedia, le quedan cuatro días.
Lo
primero que destacaríamos al examinar estos reinos taifas, es el aumento
exponencial de políticos y funcionarios, la mayoría de ellos inútiles e
inservibles. Si a esto unimos los altísimos costes, muchos de ellos
injustificables y “mareados”, el desastre está servido.
Por
otra parte, la falta de control estatal, que facilita derroches y despilfarros,
agrava aún más la situación. Esto se vio claramente en el anterior gobierno del
Bobo Solemne, viéndose también en estos momentos.
Asimismo,
dichos reinos se financian con una deuda pública que nos está acogotando a
todos y que está poniendo en grave riesgo el endeudamiento del propio Estado,
haciéndolo prácticamente insolvente y que, por otra parte, esto no permite
crear puestos de trabajo.
El
plan mítico que en su día se elaboró para crear lo que se denominó el Estado de
las Autonomías, en el que se proclamaba una Arcadia feliz para los “ciudadanos
de este país”, se ha derrumbado, por mucho que algunos sigan aferrados a
dicho plan. Los recortes sociales están ahí.
La
bancarrota está a la vuelta de la esquina. Si queremos que Europa no nos
“rescate” de forma tajante y traumática, habrá que suprimir dichas Autonomías, además
de la monarquía, el Senado y las
subvenciones estatales a los sindicatos. No nos cansaremos de repetirlo.
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