martes, 28 de noviembre de 2023

La verdadera Historia, no la “memocrática” ( L X V I )


Y seguimos con la influencia soviética sobre la II República española que, como ya hemos dicho varias veces, se sigue omitiendo por los “historieteros” de ahora.

  Después del verano de 1934, y después también del afirma del pacto entre Francia y la URSS, la Komintern cambió su política. Tanto fue así, que los comunistas tomaron parte en la revolución de Asturias de 1934, aunque más que revolución se podría llamar alzamiento.

 Como ya es sabido, una de las “heroínas” de aquel momento, La Pasionaria, y debido a su “fama”, el PCE se aprovechó de tal asunto para hacer sus labores propagandísticas, llegando al año siguiente, con el acuerdo del Frente Popular, a tener 16 diputados en las nuevas Cortes. Esto representaba más de cuatro veces que el número de votos obtenidos les hubiera permitido tener.

Durante el tiempo que siguió a las elecciones y a la firma del citado pacto con el Frente Popular, la política de los comunistas tenía dos objetivos: obedecer la política extranjera del criminal Stalin, y aumentar sus efectivos en la España de aquellos tiempos.

Los socialistas, según conviniera, se llevaban bien o mal con los comunistas. Así, por ejemplo, de forma jocosa decían: “Votad por los comunistas para salvar a España del marxismo” 
( I )

Como no podía ser de otra manera, los comunistas querían aprovecharse de la situación revolucionaria que ellos mismos creaban, para influir en el acontecer de aquella España.

Pero tenían un gran inconveniente, ya que tanto socialistas como anarquistas tenían en sus manos a prácticamente todos los trabajadores, estando muy estrechamente vinculados al sindicato.

Como no podía ser de otra manera también, los comunistas engañaban a los trabajadores diciéndoles que ellos tenían una gran experiencia para llevarles a la gran revolución triunfante, diciendo también a empleados y profesionales, que ellos eran los predestinados para llevar a cabo dicha revolución, y que todo aquel que les votase y les apoyase “estaba seguro de obtener un buen empleo” 
( I )

( I ).- “Los documentos de la primavera trágica. Análisis documental de los antecedentes inmediatos del 18 de julio de 1936”, autor Ricardo de la Cierva, Editorial Secretaría General Técnica, Madrid 1967, páginas 368 y 369.

¿Figurará algo de esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?

 Continuará.

 



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