domingo, 12 de noviembre de 2023

Memoria “democrática”. La Pasionaria ( I )


 

Tal día como hoy 12 de noviembre, pero de 1989, fallecía Dolores Ibarruri, La Pasionaria. Como hay que recuperar la “memoria democrática”, vamos a ello.

Como recordarán, el Ayuntamiento de Oviedo cuando estaba regido por el “bipartito” de socialistas y comunistas, quiso cambiar el nombre de ciertas calles, porque decía que eran personas afines al régimen franquista, siendo el cambio para recordar personas de la Segunda República Española. Entre los nuevos nombres que se querían poner, figuraba el de La Pasionaria, que no tenía nada de republicana, sino que era una fiel seguidora de un sistema dictatorial y criminal, capitaneado en aquellos años por el cruel Stalin. Vamos a dedicar unos artículos a esta agitadora, comentando muchas cosas que no se han dicho y que ahora se saben gracias a la apertura parcial de los archivos de la KGB soviética.

 

Para empezar diremos que su trayectoria política, a pesar de la propaganda “parafernalista” del comunismo, que la ha elevado al más puro mito (“una flor del siglo XX”), ha sido mediocre, pues sólo se limitó a seguir las consignas de Stalin

 

Participó en la “huelgona” de 1917 no como “pancartera”, sino fabricando artefactos explosivos, como ella misma ha reconocido. Su método preferido era la violencia, amenazando de muerte a sus oponentes políticos: “Su señoría morirá con las botas puestas”


Esta frase en realidad la había pronunciado su camarada José Díaz cuando amenazó a Gil Robles con una muerte violenta el 15 de abril: “si se cumple la justicia del pueblo su señoría morirá con los zapatos puestos”. Como era de suponer, esta frase fue debidamente protestada por los diputados de la oposición, a lo que la violenta Pasionaria respondió que “si os molesta, le quitaremos las botas”, además de declarar que “estamos hartos de jueces venales”.

 

Tras la ruptura y escisión del PSOE, se integró en el diminuto PCE, alcanzando el puesto de miembro del Comité Provincial de Vizcaya, puesto que consiguió gracias al apoyo de José Bullejos, que terminaría siendo una de sus víctimas.

 

Dentro de las características más destacadas de su quehacer político, pueden citarse su oratoria demagógica y la propensión a la agitación, además de una aptitud fuera de lo común para la propaganda.

 

Su formación intelectual era escasa, aunque sus hagiógrafos la presentaban como una persona inteligente y lectora empedernida de Marx, llegando a ser directora de “Mundo obrero”, que a la sazón no dejaba de ser una hoja parroquial del PC. Más tarde, ingresó en el PCE, nuevamente promocionada y apoyada por José Bullejos.

 

Era una campeona en el arte de manipular, falsificar, mentir y difamar

 

En las elecciones de febrero de 1936, la Pasionaria fue elegida diputada por Asturias, y el 1 de marzo hizo unas declaraciones en las que quedaban expuestas qué era lo que los comunistas querían y entendían lo que era la República del Frente Popular: “Vivimos en una situación revolucionaria que no puede ser demorada con obstáculos legales, de los que ya hemos tenido demasiados desde el 14 de abril. El pueblo impone su propia legalidad y el 16 de febrero pidió la ejecución de sus asesinos. La República debe satisfacer las necesidades del pueblo. Si no lo hace, el pueblo la derribará e impondrá su propia voluntad”. Como puede verse, toda una obra maestra para incitar a la violencia y completamente alejada de una verdadera República basada en el respeto, el orden y la libertad.

 

 El 2 de abril califica a Gil Robles como “histrión ridículo salpicado con sangre de la represión”. De la sangre y represión de su partido no dice nada.

 

También Calvo Sotelo fue amenazado durante la sesión parlamentaria del 16 de junio: “este hombre ha hablado por última vez”, o “este es tu último discurso” Tales amenazas habían sido borradas del Diario de Sesiones por decisión del Presidente de las Cortes, circunstancia esta que sirvió a la Pasionaria para negarlas posteriormente. De tales amenazas dieron fe testigos presenciales como Madariaga y Tarradellas.

 

Una vez comenzada la Guerra Civil, se dedicó de lleno a la represión: “Arrojad al enemigo, haciendo que sus cuerpos sirvan de estiércol que abone las tierras de nuestros campesinos”. Mente sanguinaria y cruel.

 

También su cinismo era proverbial: mientras acataba las consignas del criminal Stalin, por otra parte, y por motivos tácticos, pedía ayuda y apoyo a las verdaderas democracias europeas, mostrando al comunismo como paladín defensor de la democracia y de la libertad. De las purgas que en aquellos años estaba efectuando su amado Stalin, no decía nada. Con la nueva táctica, basada en la mentira,  manifestaba la Pasionaria: “la lucha del pueblo español es la lucha por la paz. Ayudadnos a impedir que la democracia sea aplastada en España. El gobierno de España es un gobierno legal. Nosotros, comunistas, le apoyamos y defendemos porque es la representación legítima del pueblo que lucha por la democracia y la libertad”.

 

También odiaba al POUM al que, por órdenes recibidas de Moscú, había que eliminar. A este partido se le llegó a catalogar como “anarcotrotskista fascista”. Los platos rotos los pagó su lider Andreu Nin que fue despellejado vivo. También Trotski pagó los suyos al ser asesinado por el comunista catalán Ramón Mercader en Méjico. Fíjense en estas frases de esta siniestra mujer : “entre nosotros y los trotskistas hay un abismo de sangre”“nuestro odio se dirige también contra los agentes del fascismo, los poumistas”.

 

Una vez terminada la Guerra Civil, se refugió en la URSS, como es de sobra sabido, mostrando una gran incoherencia: “Vale más morir de pie que vivir de rodillas”. No murió de pié, aunque sí vivió de rodillas ante Stalin y el sistema comunista. La propaganda le atribuyó la citada frase, lo mismo que el sistema cubano se la atribuyó a Che Guevara. La verdad es que ya Juárez la había pronunciado en el siglo XIX en Méjico. También se le atribuye a Zapata y a José Martí.

 

Otra frase que pronunció fue la de “Más vale matar a cien inocentes que liberar a un culpable”. Como en el caso anterior, esta frase tampoco es suya, ya que fue original de Máximo Gorki.

 

Continuará.




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