Así se intitula el libro escrito por Valentín González
“El Campesino”, Editorial Maracay, Venezuela, 366 páginas, incluido “Índice”.
Como decíamos en las anteriores entregas, en ésta y
sucesivas vamos a ver lo que nos dice El Campesino en este libro en los Capítulos
que ya hemos indicado en la primera entrega, sobre el “paraíso comunista”, que
era la base del “porvenir radiante de la Humanidad”.
En el Capítulo VI intitulado “La vulnerabilidad del
régimen stalinista”, páginas 67 a 75, se lee:
“El régimen stalinista es el prototipo
perfecto del totalitarismo. Es el régimen más completamente totalitario jamás
conocido. Ambiciona la posición de los individuos – y de los pueblos – en cuerpo
y alma.
No se satisface con su adaptación o la
asimilación absoluta a la mentalidad stalinista, ni con el ciego acatamiento de
su disciplina. Exige también que crean fanáticamente en la superioridad del
sovietismo sobre cualquier otra forma de gobierno y de régimen y en la
infalibilidad de sus jefes. Ante todo de su Jefe.
Si cesasen de creerlo así, el régimen
correría el riesgo de derrumbarse. Al cabo de mis diez años de permanencia en
la U.R.S.S., es cuando yo he podido llegar a explicarme los monstruosos
procesos de ‘desviacionismo’, de herejía y de traición s que han sido sometidos
los jefes soviéticos, los cuales, aún habiéndose sometido para siempre a la
dictadura de Stalin, no podían creer en él. Igual que los jefes comunistas a
las órdenes del Kremlin a pesar de los procedimientos monstruosos a que son
sometidos, tampoco creen.
El ogro divinizado en su templo fortificado
no puede vivir sin sacrificios humanos y sin el incienso de los que van a
morir.
Yo, que había perseguido sañudamente a los
llamados trotskistas en España, creyendo servir así a la verdadera causa del
comunismo ruso e internacional, me vi acusado a mi vez de trotskista – la peor
de las acusaciones en la U.R.S.S. – al año y medio de estancia en la ‘Academia
Frunzé’”.
Nos sigue contando “El Campesino” las preguntas que le
hicieron, así como las respuestas que dio, una vez iniciado su proceso
judicial:
“A continuación de los interrogatorios, la
tensión llegó a su punto tal, que cuando en el curso de las maniobras se me
preguntó cuál era la misión de una escuadra, yo respondí:
“La principal en la U.R.S.S. era la de
robar los pollos para los jefes y la de proporcionarles guapas chicas”.
En la próxima entrega continuaremos con el mismo Capítulo
y veremos lo que nos dice El Campesino sobre el metro de Moscú.
Continuará.
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