En el presente artículo
veremos cómo la Dialéctica
social contradice los principios más fundamentales del marxismo.
Como ya sabemos, el marxismo afirma que la sociedad está compuesta por dos clases
en lucha y que esta lucha produce todos los cambios sociales. Si de nuevo
echamos un vistazo a la
Historia, vemos como determinados países, por ejemplo la India y ciertos estados
islámicos, no han tenido ningún cambio social apreciable. La Dialéctica social,
según el marxismo, tiene que producir cambios inevitables y radicales. Esta
Dialéctica marxista no puede explicar el estancamiento de aquellos países. La
teoría sí parece posible si se examina de forma superficial la historia de la
civilización del mundo Occidental a partir de la Revolución Industrial.
Otro defecto de la
Dialéctica social marxista es que se volverá estática en el
momento en que se llegue a la utopía comunista. El marxista dirá que cuando se
establezca el comunismo ya no habrá clases y, por tanto, desaparecerá la
explotación. Este supuesto es insostenible: en la sociedad siempre habrá
gobernantes y gobernados; administradores y administrados; badulaques y
diligentes; botarates y sensatos; cenutrios y egregios; loquinarios y sensatos . . . .
Estas distinciones determinarán siempre clases. Por tanto, ese carácter
estático que la Dialéctica
asumirá en el futuro, no es más que una carencia de lógica en la teoría
marxista.
Más defectos: la Dialéctica
marxista es incapaz de explicar el retroceso histórico de algunas sociedades. La Historia nos muestra
sobradamente cómo naciones que en un momento tuvieron esplendor y pujanza, han
caído en decadencia perdiendo todo su prestigio moral, intelectual, cultural,
económico, etc. Engels afirma que el marxismo reconoce este hecho de retroceso,
pero al final habrá progreso: “A pesar de todas las quiebras aparentes, y de
todos los retrocesos temporales, un desarrollo progresivo se afirma al fin”.
Pero el asunto es que la teoría marxista no puede lógicamente reconocer este
hecho. La teoría de Marx exige que haya una continua marcha hacia delante. Es
decir: un retroceso o regreso del tipo que sea, viola los principios básicos de
la Dialéctica.
El historiador E. I. Watkin afirma que Engels hace un acto de
fe optimista cuando dice que, aún reconociendo los retrocesos en la Historia, al final
prevalecerá el progreso. Este principio marxista, desde luego, no tiene nada de
lógico ni de científico y sí mucho de axiomático. Dice Watkin:
“Este optimismo no está garantizado por la filosofía materialista; es un
puro acto de fe, que los fundadores del marxismo compartieron con la gran
mayoría de sus contemporáneos para quienes el progreso era un axioma
indiscutible”.
Hasta aquí vimos los fallos y
defectos de la Dialéctica
marxista en lo que se refiere al pasado. Ahora veamos la Dialéctica de la
predicción.
Es sabido la jactancia marxista de predecir los cambios sociales futuros, a
través de su teoría dialéctica. Lo que no predijeron fue el derrumbe y la
implosión de la URSS
y el radical cambio social que se está dando actualmente en China. El adiós a
Marx es definitivo, aunque aún hay por ahí pintadas en las que se lee “¡Marx
vive!”.
La falsedad de esta predicción, aparte de lo dicho anteriormente, estriba en
que, según el principio marxista, el comunismo tenía que sobrevenir en aquellos
países que fuesen más capitalistas. Marx y Engels predijeron que el comunismo
aparecería en primer lugar en Alemania. Más tarde, en 1871, predijo Marx que
Inglaterra sería la primera en llegar al Comunismo.
Estas falsas predicciones quedaron demostradas al ser Rusia, uno de los países
más atrasados en aquella época, el primer país en el que se implantó el
comunismo, cuando tenía que haber sido uno de los últimos.
El simpatizante comunista Enrique Heine, contemporáneo y amigo de Marx, decía
en 1842 refiriéndose al comunismo:
“Héroe tenebroso a quien
está reservado un magno, pero PASAJERO papel en la moderna tragedia y que sólo
espera la orden para entrar en escena”.
En el próximo y último
artículo nos haremos algunas preguntas sobre todo lo expuesto y veremos cómo se
comportó y cómo se comporta la doctrina marxista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario