viernes, 1 de enero de 2021

Once mil soldados en un cementerio


 

Ya saben que nos gusta “recuperar la memoria histórica”, ahora “memoria democrática” que, tal como se está viendo, tal parece que son memoria “histéria”, o memoria “memocrática”.

Como ya sabrán, el desembarco de los aliados en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, conocido con el nombre de “Operación Overlord”, que comenzó el 6 de junio de 1944, terminó liberando a los países de la Europa Occidental que estaban en manos de los alemanes de Hitler.

Por otra parte, el 16 de diciembre de ese mismo año 1944, tuvo lugar la batalla de las Ardenas, que fue una ofensiva alemana que tuvo lugar a finales de la guerra, ofensiva que fue llevada a cabo a través de las grandes montañas y bosques de la región belga de las Ardenas. El objetivo inicial era recuperar la ciudad de Amberes mediante un plan diseñado por el propio Führer, al que se opusieron muchos jefes militares, incluido el propio mariscal de campo prusiano Von Rundstedt. Al final, como siempre, lo que prevaleció fue la decisión de Hitler.

El plan era el siguiente: mediante un ataque relámpago de las Panzer, se cruzaría rápidamente el río Mosa y se llegaría a la ciudad de Amberes. Lo que se perseguía era aislar a las tropas canadienses y británicas que se encontraban en una zona comprendida entre el sur de Holanda y el norte de Bélgica.

En dicho año 1944, ya liberado París en le mes de agosto, el general Eisenhower, a la sazón al mando del ejército aliado, lanzó una ofensiva para hacer retroceder a los alemanes hasta su propio territorio. En Setiembre de este mismo año fueron liberadas Bruselas, Amberes y Luxemburgo y el día 11 la infantería aliada pisaba por primera vez suelo alemán, siendo contenida momentáneamente por el Muro del Oeste, que era una fortificación de hormigón.

En estas circunstancias es cuando Hitler toma la decisión de recuperar Amberes iniciando la contraofensiva, pensando que el frío y la sorpresa inclinarían la balanza de su favor.

Como ya dijimos, el 16 de diciembre de 1944 Alemania lanzó su contraofensiva por el macizo de las Ardenas, situado al NE de Bélgica y que ocupa parte de Luxemburgo, haciendo retroceder a las tropas aliadas hasta casi las puertas de Lieja, concretamente hasta Bastogne, ciudad situada a 69 km de aquella.

En esta ciudad se encontraba un destacamento americano compuesto por unos 11.000 hombres todos ellos muy jóvenes. Al mando de estos muchachos se encontraba el general McAuliffe, quien pasaría a la Historia por su lacónica palabra de “Nuts” (narices), como respuesta a la propuesta de rendición que le hicieron los alemanes el día 22 de diciembre. Allí resistieron apenas sin víveres y sin munición hasta que fueron liberados por las tropas del general Patton el 26 de diciembre, es decir, diez días después de que Hitler hubiese lanzado su contraofensiva.

En esta terrible batalla de las Ardenas, aparte de los miles y miles de desaparecidos y heridos, hubo 11.000 muertos. Los cadáveres de estos jóvenes americanos que no pudieron ser repatriados a EE.UU., fueron enterrados en una pequeña localidad llamada Hamm, situada a media docena de kilómetros de la ciudad de Luxemburgo. También allí se encuentra enterrado el general Patton que, aunque falleció un año después en un accidente de automóvil en Alemania, se decidió llevarlo junto a sus soldados.

En las cruces del gigantesco cementerio de Hamm, se ven las fechas de nacimiento de aquellos valientes: la mayoría de ellos tenían 18 años recién cumplidos.

El antiamericanismo actual promovido por los de la internacional de la mentira, del odio, del rencor, del resentimiento, de la venganza, etc, y también por el movimiento árabe-musulmán-islamista, niegan a EE.UU las razones que han tenido para defender a Europa de la bota, el yugo, el bozal y el grillete de los totalitarismos marxista y nazi.

También le niegan las razones que tienen para defender a Europa (y van . . .) del actual terrorismo fundamentalista.




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