En China, en Cuba, en Corea del Norte, en Venezuela, etc.

 

Uno de los objetivos del comunismo era, y es, la implantación de la Igualdad y la Justicia, que no son otra cosa que la tiranía ejercida por la “vanguardia” del pueblo hábilmente teledirigido e hipnotizado.

Con la apertura parcial de los archivos secretos de la KGB soviética, se han escrito varios libros, algunos de ellos comentados en este blog. Pero en realidad no hacía falta que tales libros se escribiesen para saber lo que era “el porvenir radiante de la Humanidad”. Lo que sucedió a partir de 1.989 con la implosión de la destartalada URSS, con sus horrores, errores, víctimas y sus efectos devastadores sobre almas, cuerpos y países, ya se sabía. Lo que pasó, y pasa, es que aún se sigue con la ceguera voluntaria.

No obstante, en estos momentos, y por táctica coyuntural, no se les oye mencionar lo fosilizado y manido de otros tiempos. A saber: lucha de clases y dictadura del proletariado. Pero, claro, subrepticiamente, siguen con lo mismo empleando otro léxico y otra semántica. Por ejemplo: se declaran “demócratas”, pero no aceptan la democracia a no ser que sean ellos la que la gobiernen y, lo que es más significativo, no aceptan en ningún momento la oposición, por muchos millones de votos que haya obtenido. Otra cosa que no soportan es que haya separación de poderes.

En fin, lo de siempre: siguen engañando al “pueblo soberano” con lo de que son los campeones de la libertad y de la democracia, pero en realidad siguen siendo sus enemigos porque su rasgo fundamental es el totalitarismo. Lo estamos viendo en estos momentos en China, en Cuba, en Corea del Norte, en Venezuela, et, etc.

 

Como no espabilemos, llegaremos a este sistema, adorado y bendecido por muchos, muchas y “muches”, todos ellos, ellas y “elles” grandes “bulócratas” y “cubileteros”, que tenemos apoltronados en la Moncloa.