miércoles, 31 de julio de 2024

Caza de brujas


 

Gracias a  la apertura parcial de los archivos del KGB, que ha permitido que se escribiesen muchos libros relatando todo el terror y el horror del sistema; gracias también al informe  Mitrokhin, y los comentarios de Dimitri Volkogonov y de otros muchos que vivieron y sufrieron en sus propias carnes las “virtudes del paraíso”, se van conociendo, aunque ya se sabían, las mentiras, los engaños y los embelecos propagados por el comunismo en el mundo, y que siguen propagando en la actualidad.

Hemos conocido muchas personas que, sin ser del PCE, durante el régimen de Franco apoyaron sin ambages al comunismo. Les parecía que estos “luchadores por la libertad” eran poco menos que héroes. Ahora que está empezando a salir una abundante bibliografía sobre las inmundicias del comunismo, están aterrados porque “las miserias de los nuestros” nunca las habían conocido. Había que atenerse al pensamiento oficial, a la literatura emocional y a las consignas.

 La miseria moral de los comunistas quedó bien patente en dos acontecimientos puntuales del pasado siglo: las purgas de Stalin y la firma del pacto nazy-soviético.

 En lo referente a las purgas stalinianas de los años treinta, en las que asesinó a compañeros suyos de revolución, hubo “intelectuales” marxistas que firmaron una carta en la que estaban de acuerdo con las ejecuciones, puesto que las víctimas eran “fascistas”.

 Posteriormente, firmaron otro panfleto contra el rumor de que Hitler y Stalin iban a firmar un pacto. Como siempre, vuelven a aparecer los vocablos de fascista y reaccionario, pues afirmaron que sólo los fascistas y reaccionarios podían propagar la gran mentira del pacto germano-soviético. A los pocos días se firmó. Inmediatamente estos intelectualillos de medio pelo dejaron de hablar del peligro fascista. La “situación” había cambiado: ya no se propagaba la lucha contra el fascismo y como temían que los EE.UU. declararan la guerra a Alemania, había que impedirlo porque Stalin e Hitler eran “amigos”.

 Ya entrado el año 1.941, en plena guerra y con Europa inundada de sangre, aseguraban que la contienda era “una brutal lucha por la distribución de los imperios”, queriendo decir con esto que no había que participar en la lucha. Pero, ¡ah!, el 22 de junio de ese mismo año los alemanes invadieron la URSS y las cosas cambiaron: entonces se pedía lo contrario de lo anterior, es decir, apoyar a EE.UU., Inglaterra y a la URSS para terminar con el fascismo.

 Viendo lo anterior, ¿por qué algunos se escandalizan por la “caza de brujas” emprendida por McCarthy? ¿Acaso los comunistas no habían mostrado su dogmatismo y su totalitarismo mintiendo indignamente cuando ocurrieron todos aquellos acontecimientos?

 ¡Oh, “memoria histórica” y “memoria democrática”.



 

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