sábado, 13 de julio de 2024

Las dos Repúblicas. Anarquismo ( X L V I I I ).


 

¿No hay que “recuperar la memoria histórica” “zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.

Como ya hemos escrito varias veces, la apertura parcial de los archivos de la KGB de la implosionada URSS, ha esclarecido muchas cosas sobre episodios y acontecimientos que se han callado, omitido y ocultado, no solamente sobre la I I República Española, sino sobre la historia del comunismo en general. A pesar de estas evidencias, aún pululan por ahí los fanáticos de siempre con sus patrañas y mentiras, que siguen haciendo su historia marcada por la pasión y, en muchos casos, como diría un pedante marxista infumable, escribiendola con “rigor científico”, creando así una vulgata muy ad hoc con lo políticamente correcto, que niega y omite los crímenes, asesinatos, torturas y delirios colectivos de los rojo-republicanos. Obsérvese que hablamos de “rojo-republicanos”, no de republicanos, que no tenían nada que ver unos con los otros.

Esta vulgata roja lo que pretendía, y pretende, es lo de siempre: calumniar, desprestigiar y mentir sobre el adversario, a la vez que se ocultar o minimizar las responsabilidades de la izquierda en el desencadenamiento de nuestra contienda civil, que más bien habría que llamarla incivil.

Como ya sabrán, Marx y Bakunin se enfrentaron por las concepciones distintas que ambos tenían del Estado, es decir, que el comunismo y el anarquismo no comulgaban y terminaron rompiendo en 1872. Pero como “España es diferente”, aquí el anarquismo suscitó un entusiasmo enorme, incluso más que el comunismo. Como prueba de ello, a primeros del siglo XX, la UGT, a la sazón totalmente marxistizada, tenía unos 200.000 afiliados, mientras que la anarquista CNT contaba con 700.000. Evidentemente esto no podría que traer más que enfrentamientos por los desacuerdos y distintas concepciones de ambas organizaciones. Por otra parte, la distribución geográfica estaba desigualmente repartida: mientras que la CNT contaba con total mayoría en Levante, Cataluña y Andalucía, la UGT dominaba Asturias, Vascongadas y Madrid.

Como puede verse, los partidos políticos de aquella época  contaban con unas afiliaciones ridículas, si se las compara con las sindicales. Esta característica, de la que nadie o casi nadie habla y comenta, tendría una influencia enorme sobre la República española.

En honor a la verdad, hay que decir que el anarquismo español no tenía nada que ver ni se parecía al europeo, pues enseguida cayó en el terrorismo. La Semana Trágica de Barcelona del 26 de julio al 2 de agosto de 1909, así como el atentado contra el general Martínez Campos, o la bomba que pusieron en el Liceo de Barcelona en 1893 causando veinte muertos, así como el atentado contra un procesión del Corpus Cristi en 1896, o en asesinato de Cánovas del Castillo un año después, o también el asesinato el 12 de noviembre de 1912 del presidente del Gobierno José Canalejas a manos del anarquista Manuel Pardiñas, corroboran esta tendencia terrorista.

Continuará.



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