Permítasenos parafrasear un tanto aquella
película de James Clavell, protagonizada
por Sydney Poitier, intitulada “Rebelión en las aulas”.
Hoy día también padecemos esta rebelión, aunque sea
por motivos distintos de la película.
Y es que los sistemas educativos impuestos por el
PPSSOOEE, han expulsado de las aulas lo siguiente:
a).- La idea del esfuerzo, sin lo que no se puede
conseguir nada.
b).- La disciplina, indispensable en cualquier sistema
educativo, sobre todo en los años de infancia y adolescencia.
c).- Desaparición de lo que es la excelencia, sin la
cual no hay ni esfuerzo, ni metas, ni objetivos, ni nada.
También hay más cosas, pero creemos que estas tres son
las más importantes.
Los resultados han sido catastróficos. A saber:
1º).- Los
alumnos producto de estos sistemas, están por debajo de la media europea en
cultura general, matemáticas, historia, escritura y un larguísimo etc.
2º).- Dichos sistemas han conseguido que el 25 % de los
estudiantes no logre superar la educación obligatoria.
Como resultado de los citados sistemas, ahí van unas
frases de jóvenes:
“La
Edad Media es hasta que los seres humanos hacen la escritura y hay como tres
partes: Pelolítico, Neolítico . . .”
“La
aspirina fluorescente es más rápida y eficaz”.
“Aunque
fue un accidente muy grave no le quedaron espuelas”.
“Me
gusta ir a Roma porque allí nació Jesucristo”.
Una chica decía que no le gustaba salir a la calle cuando había “garrafas
de viento” porque se despeinaba.
Otra joven decía que le había gustado mucho Francia. Sus compañeros le
preguntaron si había conocido más países, a lo que respondió: “Sí, también
conozco Roma y Venecia”.
Otro chico comentaba con sus amigos que había tenido un accidente de
automóvil, y que después del golpe le habían hecho una “redundancia” magnética.
En fin, esto es lo que hay ¡Pobres muchachos! No nos queremos imaginar los
disparates que se oirán a los jóvenes que sean producto de la actual LOMLOE del
doctor Sancheznstein Pero, claro, el panel ideológico dice que hay que
potenciar la enseñanza pública para terminar con las desigualdades sociales,
sin importarles que en aras de esa enseñanza pública se está aplicando una
injusticia terrible, cual es la de la ignorancia. Y que no nos salgan, como
siempre, con el manido tema del “igualitarismo” que, como está sobradamente
demostrado, produce el efecto contrario, es decir, la desigualdad.
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