La mentira: un dogma

 

Como ya saben, hemos escrito varias veces una de las muchas cosas que decía el monstruoso Lenin: la mentira pude ser una buena arma revolucionaria. Dicho esto, vamos a comentar algo sobre el “Presimiente” que tenemos en España.

Según este sujeto, el fango lo producen “los otros”, pero del estiércol que producen los nuestros, no dice ni mu. Por mor de dicho fango maldice, vilipendia y ultraja no solamente a sus rivales políticos, sino a sus familiares, amén de perder en muchos terrenos, pero presume y cacarea de que vence. Y así se cree de feliz.

Por otra parte, para conseguir sus propósitos, se escuda en partidos que califica como “progresistas”, siendo en realidad segregacionistas, separatistas, intolerantes,  fanáticos, etc. Pero, claro, oiga, Su Sanchidad es el “puto amo” ya que, entre otras cosas, censura y critica lo que le da la gana, contando para ello con sus secuaces, satélites, lacayos, adictos, adeptos, etc.

Como ya saben también, el “pueblo soberano” no se entera. Cuando hay alguna crítica a sus actuaciones, son “bulos” de los fachas y de los ricos, que lanzan el “fango”. Lo peor del asunto, es que la mentira no la sabe diferenciar de la verdad dicho “pueblo soberano”. Así, por ejemplo, se cree que nuestra economía “va como un cohete” ¿Se acuerdan?

En fin, a este “Presimiente” ubicado en la Moncloa entre estiércol y mentiras, le convendría respetar y considerar las opiniones de los “otros”. Pero, claro, oiga, pedir esto a este individuo, es como pedir peras al “horno”, como decía un votante sociata.

Y terminamos con unas palabras de dos militantes ex comunistas,  Carlos Semprún Maura y Jean François Revel.  El primero decía: 

“Quienes han convertido la mentira en dogma, quienes prácticamente siempre han hecho lo contrario de lo que han dicho, fueron los comunistas”. Y el segundo:  

“Todavía tenemos demasiado arraigadas, pese  la victoria de la democracia, las deformaciones intelectuales del totalitarismo. La democracia no habrá ganado del todo mientras mentir sea pareciendo un comportamiento natural, tanto en el ámbito de la política como en el del pensamiento”.