domingo, 7 de julio de 2024

Fango, o estiércol


 

Como ya saben, el tema de Begoña Gómez está en el “candelabro”, como diría un votante sociata. Como saben también, acudió al juzgado madrileño de la Plaza de Castilla el pasado día 5 de este mes de julio.

Los delitos de los que se le acusa, como también saben, son los de tráfico de influencias y de corrupción en negocios. Hay pruebas e indicios de ello que distintos “mass-media” han comunicado en los últimos tiempos, aunque el desgobierno, obviamente, se encarga de decir que no existe caso alguno.

Las medidas que se han tomado no sabemos cómo calificarlas, ya que esta mujer pidió que no se gravase su imagen ni para bien, ni para mal. Además se creó un dispositivo de seguridad con furgones, un helicóptero y varios drones, que supusieron cortes de tráfico en la Castellana dos horas antes de su llegada al juzgado, al que accedió por el garaje. Los periodistas fueron desplazados por la policía a una distancia de más de 30 metros del acceso, con el objeto, obviamente, de no poder hacer correctamente su labor.

Una vez en el juzgado, dijo que desconocía los motivos por los que estaba allí, cuando tales motivos son públicos desde hace tiempo.

Tal comportamiento no ha traído más que sombras sobre ella misma, ya que, si las cosas no son ciertas, no siendo por tanto culpable, ¿no sería una buena ocasión para demostrar su inocencia?

En fin, en vez de estar ante un montón de fango, ¿no estaremos ante un montón de estiércol, de boñiga, etc? Dejamos el tema porque ya nos huele a zurrón de peregrino.



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