Así se intitula el libro de Pío
Moa, Ediciones αltera 2005, 347 páginas.
En contra de esa
estupidez que se llama “memoria histórica”, este magnífico libro de Pío Moa,
como todos los suyos, demuestra que fueron las izquierdas las que destruyeron
la República, trayendo como consecuencia una cruenta Guerra Civil que comenzó
prácticamente en 1934.
Como y hemos dicho
muchas veces, los “historieteros” de fascículo, “bien pagaos” ellos, han
manipulado la reciente Historia de España a base de tergiversaciones, mentiras,
omisiones y falseamientos. El progresismo y el manual del “agit-prop” así lo
exigen, oiga.
Como ya saben, para
estos “historieteros”, aquello que se llamó Frente Popular, era una coalición
de izquierdas verdaderamente democrática, cuando realmente era todo lo
contrario. Como ya es sabido también, se presentan los acontecimientos y la
situación del año 1936 como normal, siendo atacada esta normalidad por una
sublevación “fascista” o “reaccionaria” (Página 17).
Pío Moa, como ya
hemos dicho varias veces, se ha cansado de citar a estos “historieteros” para
celebrar un debate sosegado y ecuánime sobre aquellos acontecimientos. El resultado
ya sabemos cuál ha sido: la no aceptación, además de insultos y
descalificaciones.
Sobre la revolución
de 1934, así como sobre la Guerra Civil española, se han escrito verdaderas barbaridades para
justificarla. Así, en la página 19 se lee:
«Los líderes sabían que el sector
decisivo de la derecha, la CEDA, no era fascista ni preparaba ningún golpe,
como puso de relieve Besteiro, y utilizaron adrede esos pretextos para
justificar su propio golpe, excitar a las masas ante un imaginario peligro, y
paralizar la reacción de las derechas, muy sensibles a tales acusaciones.»
Por otra parte, y
dando un salto a 1936, siguen estos
“historieteros” con las suyas, manifestando que en las elecciones de febrero de
ese año el Frente Popular había presentado un programa electoral ecuánime y
moderado. Mentira cochina, ya que dicho programa era totalmente revolucionario.
En la página 53 se lee:
«Aunque este programa ha recibido
a menudo el título de moderado, no lo es bajo ningún criterio, salvo el de la comparación
con los planes bolcheviques o anarquistas».
Como es sobradamente
sabido, precisamente en febrero del 36 vuelven los asesinatos políticos y los
actos terroristas, llevados a cabo por políticos y sindicalistas de izquierdas,
mientras el gobierno sigue con su impasible ademán . . . bueno, tanto como
impasible no, ya que solamente detiene y encarcela a la gente de derechas.
La izquierda en
general, es decir, comunistas, socialistas, anarquistas, tenían un denominador
común: su odio a España, exactamente igual que hoy. En la página 137 se lee:
«Así, tras el triunfo del Frente
Popular se produjo una alianza, no nueva históricamente, entre los
revolucionarios, los republicanos de izquierda y los separatistas. La base de
esta alianza consistía en la común oposición a la derecha y a la propia historia
de España, considerada muy negativamente por todos ellos. Los comunistas y los
partidarios de Largo Caballero, especialmente, no vacilaban en propugnar el ‘derecho
de autodeterminación’, siguiendo los tópicos de Lenin y Stalin al respecto.
Esto beneficiaba mucho, desde luego, a los secesionistas catalanes y vascos.»
Y por fin llegó el
momento crucial de la II República: el vil asesinato de Calvo Sotelo, ocurrido
el 13 de julio de 1936. Sobre este asunto comentaremos el próximo día 13, Deo
volente, el libro de Ian Gibson intitulado “La
noche en que mataron a Calvo Sotelo”.
En fin, y como
siempre decimos, magnífico libro de este autor, que debería ser leído por todo
el mundo, principalmente por aquel muchacho que en una ocasión dijo que la
Guerra Civil española había sido un enfrentamiento entre los demócratas y las
tropas fascistas de José María Aznar.
También se lo recomendamos
al “Presimiente” por aquello del “vínculo luminoso”.
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