Ya hemos escrito varios artículos en este blog sobre el tema del bable, que es el dialecto asturiano, no idioma o lengua. Tratar de convertir este dialecto en lengua o idioma, es un verdadero disparate, por mucho que digan sus defensores y “academicistas”, que en el fondo tienen un gran desconocimiento de lo que es un idioma.
Como ya saben, la lengua o idioma, ningún escritor ni
ningún literato se ha tomado la libertad de intentar modificarla. Simplemente
se aplicó para escribir libros o para hablar. Escribieron y hablaron en español
porque es la lengua con la que se habla y con la que se piensa. Intentar
implantar e imponer el bable, y evitar el uso del castellano, ya no es un
disparate, sino también un desatino, un absurdo, un dislate, etc. E intentar
imponerlo por razones políticas, entonces ya es el desiderátum.
Como ya sabrán, los “bablistas” están usando la
palabra “mosquiteru” por la de mascarilla, tan de moda en estos tiempos
“coronavíricos”. Algunos de los mentados “bablistas” se enorgullecen diciendo
que el origen del bable es el latín. Mentira, muy pocas palabras tienen origen
en él. Si esto fuese verdad, no se entiende como dicen “mosquieteru”, ya que la
etimología latina de mascarilla es “maschera”. Los “inmortales” de la RAE la
definen como “Objeto que cubre la cara o parte de ella para protegerla u
ocultarla”. Por tanto, tal mascarilla debería llamarse “mascheru”
En fin, el que quiera entender que entienda.
Nota.- Recomendamos leer nuestros artículos “A
propósito del bable”, “El “bipartito” de Oviedo y el bable” ( I ) y ( I I ), y
“El castellano y el bable”, insertados en este blog con fechas 15-9-2017, 7 y
9-10-2016 y 6-12-2021 respectivamente.
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