miércoles, 10 de julio de 2024

Poesía del Siglo de Oro, Los mejores romances de la lengua castellana y Rimas y Leyendas de Bécquer ( X V I I I ).

 




Continuamos con los libros “Poesía española del Siglo de Oro”, Ediciones 29, Madrid 1990, 113 páginas; "Los mejores romances de la lengua castellana", Edicomunicación, S.A., 1999, 256 páginas, y “Gustavo Adolfo Bécquer. Rimas y Leyendas”, Editorial EDIMAT LIBROS (Ediciones y Distribuciones Mateos), Madrid 1999, 317 páginas incluido “Índice”.

En la página 37 del primer libro, figura la siguiente poesía de Fray Luis de León (1527-1591):

“En la Ascensión”

"¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, obscuro,
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?

Los antes bienhadados
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dó convertirán ya sus sentidos?

¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo y desventura?

Aqueste mar turbado,
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
al viento fiero, airado,
estando tú encubierto?
¿Qué norte guiará la nave al puerto?

¡Ay! Nube envidiosa
aun de este breve gozo, ¿qué te quejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ¡ay!, nos dejas!"

En las páginas 134 y 135 del segundo libro, figura “Romance del Rey de Francia”:

“De Francia partió la niña

de Francia la bien guarnida,

íbase para París,

do padre y madre tenía.

Errado lleva el camino,

 

 

errada lleva la guía,

arrimárase a un roble

por esperar compañía.

Vio venir un caballero

que a París lleva la guía.

 

 

La niña, desque lo vido,

de esta suerte le decía:

-Si te place, caballero,

llévesme en tu compañía.

-Pláceme, dijo, señora,

 

 

pláceme, dijo, mi vida.

Apeóse del caballo

por hacerle cortesía;

puso la niña en las ancas

y subiérase en la silla.

 

 

En el medio del camino

de amores la requería.

La niña, desque lo oyera,

díjole con osadía:

-Tate, tate, caballero,

 

 

no hagáis tal villanía,

hija soy de un malato

y de una malatía,

el hombre que a mí llegase

malato se tornaría.

 

 

El caballero, con temor,

palabra no respondía.

A la entrada de París

la niña se sonreía.

-¿De qué vos reís, señora?

 

 

¿De qué vos reís, mi vida?

-Ríome del caballero

y de su gran cobardía:

¡Tener la niña en el campo

y catarle cortesía!

 

 

Caballero, con vergüenza,

estas palabras decía:

-Vuelta, vuelta, mi señora,

que una cosa se me olvida.

La niña, como discreta,

 

 

dijo: -Yo no volvería,

ni persona, aunque volviese,

en mi cuerpo tocaría:

hija soy del rey de Francia

y de la reina Constantina,

 

 

el hombre que a mí llegase

muy caro le costaría.

 

En las páginas 43 y 44 del tercer libro, figuran las siguientes poesías:

X X I

“¿Qué es poesía – dicen mientras clavas

En mi pupila tu pupila azul -,

¿Qué es poesía?¿Y tú me lo preguntas?

Poesía . . . eres tú.”

X X I I I

“Por una mirada un mundo;

Por una sonrisa, un cielo;

Por un beso . . . Yo no sé

Qué te diera por un beso!”

Continuará.



 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog