Como ya saben, el “fundamentalismo democrático” es un credo, un dogma, una teoría, etc, que reivindica la honradez, la rectitud, la honestidad, la equidad, la integridad, etc, de la democracia. Esto no sabemos si es para echarse a reír o llorar en estos momentos del “sanchismo” y en los anteriores del “zapaterismo”.
Si esto fuese verdad, ¿cómo es que el desgobierno de
su “Sanchidad” aprueba y admite el vergonzoso e ignominioso blanqueo de ETA,
amén de la amnistía e indulto de los presos enemigos de nuestra Patria, que
asesinaron a casi 1.000 personas españolas?
Si esto fuese verdad, ¿cómo es que se permite a dicho
desgobierno que se reescriba la Historia con la “ley” de la “Memoria democrática”,
en la que también participó, aunque con otro nombre, el desgobierno del Bobo
Solemne?
Si esto fuese verdad, ¿cómo se entiende que dicho
desgobierno de su “Sanchidad” conceda y permita las peticiones y reclamaciones
de ajetreos y emociones separatistas, peticiones que se conceden a cambio del
poder, importándole un bledo, dos cominos y tres dídimos a dicho desgobierno el
arreglar la dificilísima situación social, política y económica en la que
estamos inmersos?
Pero claro, con la visión futurible del año 2030 o
2050, a lo mejor se arregla todo, oiga.
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