Como decíamos en la anterior entrega, en ésta vamos a ver algo sobre los domesticadores y domadores del “pueblo soberano”.
Como habrán visto a lo largo de la vida, los gestos, las
expresiones, los aspavientos, los ademanes, los gritos, las voces, etc,
estuvieron, y están presentes en cualquier tipo de domador. Los animales en general
cuando oyen las voces de sus amos, o el sonido del látigo, por ejemplo,
obedecen ciega y sumisamente. Jamás de los jamases se ha visto a un domador sin
decir palabra, o con las manos en los bolsillos. Seguro que si alguno de
ustedes tiene un perro o un gato, habrán podido comprobar esto que decimos.
Dicho lo anterior, casi todos los politicastros tienen
estas “virtudes” para subyugar, domar, domesticar y “civilizar” al “pueblo
soberano”, convirtiéndose en hipnotizadores, hechizadores, fascinadores y magos,
sin que dicho “pueblo soberano” se entere.
En fin, como dice la coletilla de ahora, esto es lo
que hay. En la próxima entrega seguiremos viendo algo sobre el tema, recordando
una frase del gran político, filósofo y orador romano Marco Tulio Cicerón,
frase dicha hace más de 2.000 ¡Casi “ná”!
Continuará.
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