Uno de los objetivos del social-comunismo, y obviamente de su “Sanchidad”, es la destrucción de la familia. En el libro de George Orwell intitulado “1984”, comentado en este blog con fecha 4 de febrero de 2019, se ve perfectamente cómo la rotura y derribo de la familia, conduce automáticamente al asentamiento del poder del estado, amén de producir el debilitamiento y la postración de la persona. Los hijos son los que acusan y delatan a los padres a la “policía del pensamiento”. En estas circunstancias, el padre es el estado, siendo la ciudadanía los hijos.
Pues bien, este paternalismo orwelliano es el que
pretende su “Sanchidad”, que presume de tener cosas y más cosas, pero sin
embargo carece de muchas. Pretende buscar el bienestar, pero es incapaz de
encontrar las barreras que pone para conseguirlo. Y no lo consigue porque los
asuntos primordiales y esenciales son invisibles para él, por mucho que
fantasee buscando la luz. Es un bocazas.
Por otra parte, y desde el punto de vista histórico,
este sujeto también es incapaz de aprender de los hechos desagradables y
amargos del pasado. Con su “memoria democrática” ya tiene bastante. El drama de
lo sucedido, según de quién venga, le importa un bledo, dos cominos y tres
dídimos, como ya saben.
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